Un juez indaga la muerte de un paciente en las urgencias del Clínico
C. P. F., un minusválido de 69 años, murió en los pasillos de urgencias del hospital Clínico de Barcelona el pasado 31 de agosto tras esperar más de cinco horas sin recibir asistencia médica. Sus familiares presentaron una querella y ahora el Juzgado de Instrucción número 11 de Barcelona la ha admitido a trámite para esclarecer si se cometió algún delito y quién es el responsable.
La familia, representada por el abogado Enric Soriano, asegura que no busca una indemnización, sino el esclarecimiento de los hechos y que se depuren responsabilidades. "No es que naden en la abundancia, pero no tienen apreturas para llegar a final de mes y si finalmente logran algún dinero lo donarán a una fundación", explica el abogado.
Según la querella, se trata de un caso claro de imprudencia y negligencia profesional con resultado de muerte, pues el hospital Clínico atendió al paciente dos días antes de la muerte y, por tanto, conocía su estado de salud.En un auto de un folio, el juez cita a la familia para que se ratifique en la querella el próximo día 13 y después dedicirá qué diligencias se han de practicar. En la querella se reclamaba que se solicitaran al hospital Clínico los nombres de todas las personas que estaban trabajando en el servicio de urgencias entre las 13.00 y las 19.00 horas del 31 de agosto, así como la identidad del responsable. También se pide el protocolo de actuación del Departamento de Salud en el servicio de urgencias, el historial médico del paciente, el original de la necropsia y el parte de la ambulancia que le trasladó al hospital.
El paciente ingresó en el Clínico con molestias cardiorrespiratorias el 29 de agosto por la mañana. Estuvo en observación todo el día y el 30 se le dio el alta. Horas después volvió a ingresar en el hospital de Mataró, que contactó con el Clínico, al que acordaron trasladar al paciente al día siguiente. Así ocurrió a las 13.13 horas, pero el hombre no fue atendido por ningún médico ni personal de servicio, a pesar de los requerimientos de sus familiares y de los antecedentes sobre su historial que tenía el hospital.
La muerte se produjo por un edema pulmonar y los médicos reconocieron en privado a la familia que existió dejadez en el servicio de urgencia y que se hubiera podido evitar en caso de haber sido atendido, según explica el abogado Enric Soriano. El gabinete de prensa del Clínico no respondió ayer por la tarde a las demandas de EL PAÍS para conocer su versión de los hechos.
Al margen de la querella, la familia ha presentado también una reclamación administrativa ante el Departamento de Salud por anormal funcionamiento de los servicios públicos sanitarios.
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