El Lliure estrena un cabaret erótico-religioso sobre Verdaguer

"Jacint Verdaguer fue raptado por muchos: por el poder económico, que lo recluyó en los últimos años de su vida; por el nacionalismo catalán, que lo ha utilizado como referente, y por el franquismo, que lo utilizó como imagen de los billetes de 500 pesetas", explicó ayer el director de teatro Xavier Albertí durante la presentación de Al cel, un oratori per a Jacint Verdaguer, el montaje que se estrena mañana en el Teatre Lliure. "Sin embargo, es uno de los autores menos conocidos y ni siquiera tiene una biografía contemporánea con el rigor que le corresponde", aseguró.
Para Albertí existen muchos Verdaguer: "El poeta, el religioso aspirante a santo, el exorcista y también el hombre". El autor de la obra es Narcís Comadira, "un verdagueriano convicto", según confiesa él mismo. Albertí explicó que en el texto de Comadira hay "una pincelada de todos ellos", incluso del Verdaguer erótico y sensual que Comadira descubre "tras realizar una mirada moderna del poema Canigó, y sobre todo del encuentro entre Gentil y el hada Griselda, más allá de la lectura patriótica a la que estamos acostumbrados".
Comadira afirma: "Hoy en día apenas se lee a Verdaguer, por eso he querido hacerle este homenaje". La obra está ambientada en 1902, durante los últimos días de vida de Verdaguer, cuando permanece postrado en cama en Vil·la Joana, en la sierra de Collserola. "A partir de sus textos manipulados y otros míos, he creado un oratorio con toques de cabaret, en el que el público participa desde el primer momento y en el que se repasa la vida de este personaje criticado incluso por la Iglesia", explica Comadira. "Estuve tentado de llamar a la obra Cabaret Verdaguer", aseguró.
Por su parte, con Al cel, "una obra que habla mucho de Dios, dirigida por un ateo", Albertí afirmó cerrar una trilogía de investigación del teatro catalán, "tras representar a Pitarra y Clavé".
En la escenografía de Lluc Castells, en la que sólo aparece una cama y una silla, deambulan los actores Jordi Figueras en el papel de Jacinto Verdaguer, Ruben Ametllé en el de narrador, Lurdes Barba y Sílvia Ricart como las sirvientas, y Xavier Frau como el soldado. La obra permanecerá en el teatro barcelonés hasta el 1 de noviembre y luego viajará a Girona, donde podrá verse dentro del festival Temporada Alta.
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