La ficción de la no ficción

Docúpolis, el festival de documentales que alcanza ya su novena edición, arranca hoy en el vestíbulo del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) con la proyección de Mundo Alas, de León Greco, Sebastián Schindel y Fernando Molnar. Hasta el próximo domingo, cuando se produzca la entrega de premios, se proyectarán las 39 obras que compiten en la sección oficial -seleccionadas de entre las más de mil que se presentaron- junto a las que participan en las demás secciones del festival.

La vitalidad del género está fuera de toda duda, hasta el punto de que a algunos críticos el término parece quedarles pequeño y prefieren hablar de "no ficción", aunque también sea un lindero muy borroso. En cualquier caso, al director de Docúpolis, Hugo Salinas, no le convence. "Ya vivimos en un mundo de ficción, cuántico y fractal", ironiza, aunque reconozca que, formalmente, a menudo resulta complicado delimitar el género.

Sin embargo, en cuanto al contenido, la tendencia parece más definida. "Se impone el realismo, la necesidad de simplificar las cosas y dar prioridad a los contenidos", explica Salinas. La problemática social y el peso de la memoria -cuando no ambas cosas a la vez- predominan en la selección. Oriol Porta recoge los recuerdos de los miembros de la Brigada Lincoln en Hollywood contra Franco, y Joan Mandelbaum, el de las víctimas de la dictadura militar argentina en Nuestros desaparecidos.

Casi antropológico, en cambio, es el trabajo de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman en Los que se quedan, que analiza el sentimiento de los mexicanos que ven partir a sus familiares y amigos hacia el gran vecino del norte para perderlos de vista. El trabajo del hijo de Juan Rulfo destila ironía y poesía a partes iguales. Brutal, por el contrario, es Sous la cagoule, un voyage au bout de la torture, del chileno Patricio Henriquez, que hurga en el infierno de la tortura llevada a su grado más excelso por especialistas con carta blanca tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York.

Junto a la sección oficial se mantiene la de los realizadores noveles, Opera Prima, y el Off Docúpolis. El festival aprovecha esta edición para reestructurar las actividades paralelas, como las monografías por autor y tema, los documentales en versión catalana y el área educativa. Asimismo acoge una muestra de 52 documentales solidarios realizados por ONG que explican de este modo su trabajo.