Rumbo al espacio sin abandonar el asfalto

Han sido fabricados por TR Composites en su planta de Fogars de la Selva y hoy se hallan a miles de kilómetros de la Tierra. Son componentes para antenas de satélites de comunicación que navegan por el espacio y han sido elaborados con un material en el que esta empresa se ha especializado: la fibra de carbono. Se trata de un material extremadamente ligero y a la vez muy resistente a las drásticas variaciones térmicas que soportan los satélites en órbita, por lo que su uso garantiza la máxima fiabilidad de la información que transmiten a la Tierra.

En el sector aeronáutico y aeroespacial ha focalizado sus objetivos de expansión e internacionalización esta compañía nacida en Sant Feliu de Guíxols en el año 2003 como una spin off de la Universidad de Girona y que hace tres años trasladó su fábrica a una amplia nave del polígono industrial de Fogars.

Mediante un sofisticado proceso de producción, una quincena de trabajadores diseñan y fabrican moldes, prototipos y componentes con fibra de carbono para sectores como la náutica, la automoción y el motociclismo, incluido el ámbito de la competición. Honda y Suzuki Motorsport, entre otras firmas, se abastecen de piezas creadas por TR Composites, desde parachoques a protectores cervicales para los pilotos de fórmula 1. La crisis que tan duramente golpea al sector de la automoción se ha traducido en una caída de pedidos para la empresa de Fogars de la Selva. Y con los pedidos ha descendido también el número de trabajadores, de 30 a los 15 actuales.

Ha sido en el momento en que el asfalto ha dejado de darle los frutos de años atrás cuando TR Composites ha optado por su despegue definitivo hacia el espacio, donde la empresa ya tenía un pie. El fundador de la compañía, Jordi Teixidor, no duda que en menos de un año la empresa recuperará el número de empleados y el ritmo de actividad gracias a las expectativas que abre el sector de la aeronáutica. Razones para el optimismo no le faltan a Teixidor: la empresa, que ya poseía la certificación ISO 9001, acaba de obtener la exigente EN 9100, que la califica para trabajar para la industria relacionada con el espacio, un título ganado a pulso gracias a su experiencia de años en el sector: en proyectos de cooperación con el departamento de I+D de Airbus y en fabricación de componentes de antenas de satélite para la empresa madrileña Rymsa, entre otros.

TR Composites recibe con esta certificación el empujón necesario para competir en el ámbito aeronáutico y aeroespacial en el extranjero, un espaldarazo que ha llegado acompañado de capital: 600.000 euros. Ésta es la cantidad reunida en una nueva ronda de financiación en la que han participado el propio fundador, La Caixa (a través de su sociedad de capital riesgo Caixa Capital Pyme Innovación) y el centro tecnológico avanzado Leitat, que se ha incorporado a TR Composites como nuevo accionista. A raíz de esta operación, Josep Lluís Santacana, directivo de Leitat, ha sido nombrado nuevo director general de TR Composites.

Aunque la empresa no abandonará el motor y la competición, Teixidor y Santacana sostienen que la recuperación y el crecimiento de TR Composites pivotará en torno al sector de la aeronáutica, más "estable" que el de la automoción. La empresa facturó 1,5 millones de euros en 2008, cifra que no crecerá este año, pero sí a partir de 2010, según las previsiones de la compañía.