Aralar hace una apuesta continuista para el futuro
El partido de Patxi Zabaleta reafirmará en su congreso la pretensión de encabezar la nueva izquierda 'abertzale'
El llamado "congreso de la consolidación" llega en un momento dulce para Aralar. Los buenos resultados electorales en las pasadas autonómicas vascas han espoleado sus aspiraciones políticas y el deseo de asumir el liderazgo entre los independentistas de Euskadi y Navarra. Sin tapujos, los dirigentes de esta joven formación -nació en junio de 2002 tras escindirse de Batasuna al no condenar ésta la violencia de ETA- se publicitan como los mejores valedores de la izquierda abertzale del futuro. Con esta seña de identidad, el partido quiere desde ahora situarse a medio plazo en pie de igualdad con el resto de grandes partidos de Euskadi y Navarra.
Aralar celebra hoy y mañana en Pamplona su cuarto congreso nacional, bajo el lema Ezkerreko alternatiba abertzalea sendotzen ("Fortaleciendo la alternativa abertzale de izquierdas"), en el que participarán más de 250 militantes. El cónclave elegirá a la nueva dirección y marcará la línea política para los próximos tres años, con especial atención a las elecciones forales y municipales de 2011. Aunque fuentes oficiales no se pronuncian sobre las candidaturas para dirigir la formación, todo apunta a que finalmente sólo habrá un aspirante. El actual coordinador general, Patxi Zabaleta, tiene todas las papeletas para continuar en el cargo. Los afiliados tienen de plazo hasta esta tarde para presentar las listas.
La ponencia
- Política económica y social: Aralar defenderá el empleo estable y de calidad, el aumento de la protección social, una política redistributiva de la riqueza y la soberanía alimentaria.
- Euskera y cultura: Aboga por un refuerzo en el trabajo de la Mancomunidad de Municipios Euskaldunes (UEMA).
- Pacificación: ETA debe anunciar definitivamente el alto el fuego. Aralar seguirá defendiendo el valor del diálogo. Mostrará su solidaridad a todas las víctimas de la violencia, apoyará los derechos de los presos y el fin de la tortura.
- Educación: Se debe garantizar el conocimiento del euskera en todo el sistema educativo. Rechazo de la privatización de la universidad.
- Sanidad: Reivindica el derecho a morir con dignidad.
La nueva dirección impulsará un "acuerdo nacional de mínimos" El cambio en los estatutos reforzará la estructura orgánica del partido
El debate, por tanto, se centrará en la ponencia política, un documento de 63 páginas que, básicamente, desgrana la situación económica y política actual, detalla las líneas programáticas del partido y aborda sus perspectivas electorales en ambas comunidades.
El marco político que rodea este cónclave es muy distinto al que tuvo el celebrado hace tres años en Bilbao. Entonces, la tregua de ETA estaba aún vigente y los nacionalistas dirigían el Gobierno vasco. La vuelta de ETA a los atentados, el frustrado acceso de Nafarroa Bai (NaBai) al Gobierno de la comunidad foral junto a los socialistas, que llegó a acariciarse tras los comicios de 2007, y la llegada del PSE al poder en Euskadi son las grandes sombras que Aralar sitúa en el transcurso de estos tres últimos años. En el otro lado de la balanza, su gran éxito electoral, la consecución de cuatro parlamentarios en Vitoria y su despliegue institucional por numerosos ayuntamientos vascos y las tres Juntas Generales. Su eclosión electoral ha coincidido precisamente con la salida, por primera vez, de Batasuna de las instituciones.
Con este bagaje, Aralar busca ahora la reafirmación de su proyecto político. Ha aprovechado la oportunidad para empuñar el banderín del soberanismo y pretende erigirse en la mejor plataforma para alcanzar un Estado vasco -una república federal de Euskal Herria- a través de medios políticos exclusivamente.
La nueva dirección que salga del congreso impulsará "un acuerdo nacional de mínimos" con todos los partidos y agentes que defiendan el derecho a decidir y rechacen de forma expresa la violencia. Este acuerdo, cita en la ponencia, serviría para poner de manifiesto que los nacionalistas son "mayoría" en el País Vasco y una opción al alza en Navarra. "Cuando la mayoría social de un pueblo reivindica de forma democrática su voluntad, no hay Estado, ni Constitución que pueda obstaculizar esa voluntad", manifiesta el texto. Con todo, Aralar mantiene que, si no es posible a través del consenso, podría defender el derecho de autodeterminación "desobedeciendo el ordenamiento jurídico vigente".
Con la marca "nueva izquierda abertzale", trata de seducir al mundo desencantado de Batasuna y echa las redes en los sectores más extremistas de Eusko Alkartasuna. Aralar hizo en 2004 una apuesta decidida por la creación de un polo soberanista, que ahora ha quedado diluida precisamente cuando otras formaciones están alentando la estrategia de aglutinar fuerzas entre los independentistas.
En las filas del partido hay quien observa igualmente un "pequeño giro" en su concepción. "Ahora hay una clara orientación institucional, cuando en los inicios el partido se concebía casi como un movimiento social que perseguía incidir e influir en la política", asegura un destacado militante. "Nuestra prioridad no es estar en el Gobierno, sino cambiar las formas de gobernar", aseguran fuentes de la foirmación que suele comentar a menudo Zabaleta. La consigna, expresada de otro modo, se mantiene en la última ponencia: "Nos corresponde hacer oposición, hacer planteamientos de oposición factibles y comprometer al Gobierno", al menos durante la presente legislatura.
Después del camino recorrido hasta ahora, el objetivo que se han marcado a medio plazo es conformar una opción de izquierdas y abertzale con el suficiente tirón y fortaleza para, incluso, "intentar superar al PNV". Para ello, se lanza como reto la suma de nuevos militantes, su despliegue por el mayor número de municipios y mantener una conexión permanente con los agentes sociales y con "la calle".
Tras el sorprendente aumento de la afiliación experimentado a la vuelta de los comicios autonómicos, Aralar se propone modificar sus estatutos con el fin de reforzar sus estructuras orgánicas. "Debemos acelerar las estructuras del partido y, sobre todo, intentar que no se mezclen ni se sumerjan bajo la actividad institucional", se indica en la ponencia.
El gran dilema que tiene por resolver la formación es su desigual presencia y funcionamiento en Euskadi y en Navarra. En la comunidad foral es la fuerza hegemónica del nacionalismo -es posible que lo fuese incluso sin mediar la ilegalización de Batasuna-, pero su acción política queda en buena parte encuadrada en la coalición Nafarroa Bai (NaBai), que comparte con EA, PNV, Batzarre e independientes. Por el contrario, en Euskadi se encuentra, pese a su auge, a una enorme distancia del PNV y apenas ha logrado morder el voto vinculado a Batasuna.
Esta presencia dual se traduce en sensibilidades distintas entre la militancia y en políticas diferenciadas, ya que mientras en Euskadi compite abiertamente con el PNV y EA por similar espacio, en Navarra comparte coalición con ellos. Y no sin roces en asuntos como el respaldo de NaBai al enlace de alta velocidad (frente al rechazo del partido en Euskadi a la Y ferroviaria) o la propia estructuración de la coalición. Estas desavenencias figuran blanco sobre negro en la ponencia política. No obstante, Aralar cuenta con la ventaja de estar desplegada de forma uniforme en todo el ámbito vasco, al mantener una relación muy estrecha en el País Vasco francés con Abertzaleen Batasuna.
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