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Reportaje:La fiesta mayor de Barcelona

En busca del concierto perfecto

Rosario y The Unfinished reinan en la primera noche

Rosario fue la reina indiscutible de todos los escenarios situados en el centro de ciudad durante la primera jornada de laa fiestas de la Mercè. La plaza de Catalunya se llenó, sin agobios es verdad, para su concierto, y la hija del Pescadilla triunfó una vez más ante un público que la siente como algo muy cercano. En la plaza de la catedral, donde el flamenco marcaba una tonalidad más seria, jóvenes leones de asentadas dinastías demostraron que el arte también se hereda. Entre los jóvenes, como marcando un puente generacional, Pepe Habichuela ofreció algo más de un cuarto de hora de guitarra profunda y contagiosa. Después, la cosa tomó tintes eléctricos en manos de los últimos descendientes de la dinastía Carmona y la historia empezó a perder su magia.

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La ciudad ha cambiado mucho en los últimos años, sus ciudadanos también, pero algo se mantiene inalterable en sus fiestas: la persecución del concierto perfecto en el BAM. En la noche inaugural, cuatro horas de peregrinaje en su búsqueda.

Plaza Reial, 21.30 horas. Del rock del chino Cui Juan sólo puede decirse que es exótico, más que nada por la fonética, y concienciado, por razones obvias. Poca gente en la plaza. Nada que ver con el gentío que a las 22.15 horas se citaba en la del Rei para ver al Petit de Cal Eril, la última sensación de la música catalana. Folk campestre ejerciendo de tal en el centro de la urbe. Entre tanto, a eso de las 22.45 horas en la plaza de los Àngels se citaban las huestes "mestizas". Nour y su proyecto "multiculti" árabe intentaba espolear a unos pocos aficionados. Por no haber no había ni perros -compañeros de una parte del público "mestizo"- y eso que el rock árabe propuesto desde escena tenía miga, rabia y sentido. Pero era pronto. Reial, 23.00 horas. Los locales The Unfinished Sympathy marcan la pauta con su terso rock tintado con brillantes melodías y tensa actitud. Treinta minutos más tarde, Anni B Sweet y su folk timorato se rinden ante la belleza de la plaza del Rei con un vocabulario propio de cantautora cándida. Más tarde, 0.15 horas, allí mismo suena la primera propuesta de la noche en el Rei bien hilvanada, la de The Duke & The King. Sólo eso, bien hilvanada, bien tocada y bien defendida. El remate a la noche se ha de efectuar de nuevo en la Reial, ya llena, con el hardcore euskaldun de Berri Txarrak, y con la juerga mestiza en la de los Àngels con Kinky Beat. Allí ya hay una multitud. El concierto perfecto estuvo sólo cerca de Unfinished. Otra noche será.

El chino Cui Juan.
El chino Cui Juan.TEJEDEERAS

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