La mayoría de las economías del G-20 ha dejado ya atrás la recesión
España, Italia y Reino Unido sufren los retrocesos más prolongados - Los planes de estímulo han permitido conservar 10 millones de empleos
Los sherpas, los altos funcionarios que cargan con el trabajo sucio en las cumbres internacionales, forjaban ayer en Pittsburgh, párrafo a párrafo, los comunicados que darán el viernes la medida del avance del G-20 en su esfuerzo conjunto contra la crisis. Los mandatarios del club de países ricos y emergentes empiezan a llegar a la ciudad estadounidense esta tarde, tras agotar la intensa agenda diplomática generada en Nueva York por la asamblea general de la ONU. Es el tercer encuentro en un año de este foro al máximo nivel, constituido a marchas forzadas ante la dimensión del descalabro económico. Aunque, con los primeros atisbos de que se recupera el pulso, la urgencia se atempera. Casi todas las economías del club, ampliado a España y Holanda en este formato, han abandonado ya la recesión.
Las condiciones financieras han mejorado y activan el crecimiento
El panorama europeo es menos boyante que el de Estados Unidos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha anticipado que la comparación interanual del crecimiento mundial dejará de arrojar números rojos a principios de 2010. Y si se acerca la lupa a lo que ya cuentan los datos de cada país (ver gráfico), la evolución trimestral refleja que la inmensa mayoría de las economías del G-20 dejaron de caer en el segundo trimestre del año. "Las condiciones financieras han mejorado y el motor del crecimiento parece que se ha puesto en marcha otra vez", aseguró ayer el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en una conferencia en Nueva York.
En las últimas semanas, son cada vez más los que se apuntan a esta tesis. El Banco Asiático de Desarrollo acaba de revisar sus previsiones al alza para anticipar que el crecimiento del PIB en China (9%) e India (7%) volverá en 2010 a rondar los notables registros que alcanzaban los gigantes asiáticos antes de la crisis. Y entre los analistas de bancos y consultoras, cunde la idea de que la economía estadounidense volverá a cumplir la premisa de liderar la recuperación entre los países avanzados. Los expertos de Barclays creen que el PIB de EE UU aumentará más del 3,5% en 2010. Y las apuestas siguen al alza.
Por contraste, el panorama europeo es menos boyante, con tasas de crecimiento que apenas superarán el 2% el próximo año, aunque los números rojos también están en franca retirada en la comparación trimestral. Aun así, son europeos los tres países del G-20 que acumulan más trimestres (cinco) en recesión: Reino Unido, Italia y España. El pronóstico, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, penaliza a la economía española. Si se cumplen las estimaciones de la Comisión Europea, será la única que seguirá en retroceso (trimestre a trimestre) a finales de año. Como ya anticipó el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, la recesión en España será "menos profunda" que, por ejemplo, la de los grandes países exportadores (Alemania o Japón), pero "más prolongada".
Aun con el PIB creciendo de nuevo en casi todos los países, la ola destructiva generada por el mayor colapso económico desde la II Guerra Mundial está lejos de remitir. "Para las personas que pierden puestos de trabajo la crisis no ha acabado", advirtió ayer Strauss-Kahn. El director gerente del FMI insistió en que es demasiado pronto para retirar los multimillonarios planes de ayuda pública acordados, en mayor o menor medida, por todos los Gobiernos. "El estímulo que hay que dar aún a la economía mundial debe ser mayor que el que ya pusimos en marcha", mantuvo el primer ministro británico, Gordon Brown, antes de viajar a Nueva York.
Las declaraciones de Brown, sin embargo, están llenas de voluntarismo. Sólo Estados Unidos y Alemania (si la canciller Angela Merkel cumple sus promesas electorales) elevarán en 2010 el ritmo de los estímulos, mediante recortes de impuestos, subsidios o planes de inversión pública. En la mayor parte de los países, como España, las medidas perderán intensidad para evitar un déficit público mayor. Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), encargado por el G-20, asegura que el desempleo mundial puede haber aumentado hasta en 61 millones de personas entre 2007 y 2009. Pero también que los planes públicos permitieron conservar otros 10 millones de empleos. La OIT insiste en que, si los estímulos fiscales se retiran, el paro seguirá creciendo en 2010. Una perspectiva nada halagüeña para el mercado laboral español, que ya acumula la tasa de paro más alta (casi un 18%) entre los países avanzados.
"La mejoría de los mercados parece indicar que lo peor ha pasado, y eso convierte el acuerdo en un reto mayor", corroboró la ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, en declaraciones a Bloomberg. La dirigente francesa se refería a la presión para debatir ya estrategias de salida que aminoren la deuda y el déficit públicos. Pero sus palabras también valen para el debate sobre la reforma de la regulación financiera. En la cumbre del G-20 de Londres, hace cinco meses, se quiso poner en marcha un nuevo orden internacional que diera más poder a los supervisores públicos. Y se encomendó al recién creado Consejo de Estabilidad Financiera que pusiera letra pequeña a tan ambicioso empeño. El Consejo presentará mañana sus propuestas, pero el enconado debate sobre la remuneración de los ejecutivos del sector o los requisitos de capital de la banca dan fe de la enorme dificultad del encargo.
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