Un becario engañado inició el 'caso Clearstream'

El caso Clearstream, el vasto episodio de espías, mentiras y manipulaciones que hace tambalear el futuro político de un ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, y cuyo juicio se desarrolla estos días en París, comenzó con un becario de Arthur Andersen que, según confesó ayer, entregó la famosa lista de cuentas bancarias origen de todo a un informático de origen libanés que le convenció de que trabajaba para los servicios secretos franceses. "Fui muy ingenuo, casi estúpido", aseguró ayer delante del tribunal Florian Bourges, acusado, por su parte, de haber robado la lista.

Durante algunos meses, Bourges trabajó, como empleado de la consultora citada, en el banco luxemburgués Clearstream, especializado en blanquear dinero. De ahí que obtuviera el famoso listado. Ayer, en la segunda sesión del juicio, el antiguo empleado de la consultora aseguró que conoció meses después a Imad Lahoud, ex corredor de bolsa, experto informático y principal sospechoso de haber falsificado el listado. "Me pidió la lista. Me manipuló. Me dijo que trabajaba para los servicios secretos franceses y que estaba investigando la financiación de Al Qaeda", confesó Bourges.

Así, el becario, tras entrar en contacto con Lahoud por medio del periodista Denis Robert, también procesado, permitió al informático que copiara y almacenara, en una clave USB, todo el listado. Por entonces, la lista sólo presentaba cifras. No había ningún nombre. Sin embargo, cuando llegó al juez, meses después, contenía decenas de nombres añadidos fraudulentamente. Entre ellos, el de Nicolas Sarkozy. El juicio trata de dilucidar quién, por qué y por indicación de quién se introdujeron esos nombres.