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"Oiga, que tengo 45 de fiebre"

El dispositivo para atender llamadas de la gripe A recibe menos de 300 al día

Elena G. Sevillano

"Va usted a ser atendido por un operador de emergencias, pero si su llamada es por la gripe, por favor, pulse 1". Desde el 15 de septiembre, esta es la grabación que se oye al marcar el 112, el teléfono que concentra todas las emergencias (incendios, salvamento, urgencias médicas...). Cuando, en agosto, el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, presentó el dispositivo, aseguró que tendría capacidad para atender 40.000 llamadas al día. Como está sucediendo con las previsiones de todas las administraciones, ése era el peor escenario posible, un máximo teórico para el que, por si acaso, había que estar preparado.

Los primeros días de funcionamiento han demostrado que, al menos por ahora, la gripe A no genera ni de lejos tanta necesidad de información o de asistencia. Los operadores del Summa 112 no han recibido más que entre 150 y 300 llamadas diarias, un porcentaje ridículo de las más de 16.000 que llegan al 112 en una jornada. "Mejor que sea así, porque tendremos más tiempo para mejorar la rapidez y la fluidez del sistema por si hace falta en los próximos meses", asegura el director gerente del Summa 112, Pedro Martínez Tenorio.

El miércoles pasado, segundo día del dispositivo especial de gripe A, las operadoras pasaban minutos enteros mirando las pantallas en busca de una llamada entrante. Y cuando al fin aparecía, era una falsa alarma. "Muchas son bromas, o equivocaciones", contaba Maribel. "Llaman, escuchan y cuelgan".

Entre las llamadas reales, pocas, Elena, operadora, destacaba dos tipos: "Información de síntomas y vacunas". El operativo de la gripe prevé que, si una persona pulsa el 1, su llamada pase a un operador, que toma sus datos personales y los síntomas que padece para crear una ficha. Con esa información ya en el sistema, la llamada se deriva a un enfermero del Summa, que valora la situación y decide si la persona necesita atención domiciliaria, una visita a su centro de salud o únicamente pasar la gripe en casa bebiendo muchos líquidos y tomando antitérmicos. El Summa ha formado a cerca de 1.000 sanitarios para que puedan relevar a los que habitualmente atienden por teléfono.

Patricia, enfermera, atiende a una persona con síntomas. Marca sus criterios de gravedad: fiebre superior a 38 grados y al menos dos síntomas respiratorios. Le dice que cumple los criterios de sospecha de gripe A, pero como no pertenece a ningún grupo de riesgo, le recomienda "aislamiento domiciliario" y que vuelva a llamar si a los siete días si no remiten los síntomas.

"Con el inicio del curso escolar, nos llaman muchas madres preocupadas porque sus hijos tosen", relata. "Tenemos que explicar que si no tienen más síntomas no hay de qué preocuparse". Muchos solicitan, casi exigen, que se les haga la prueba de la gripe A. Otros, explican las operadoras, llaman con la intención de que les confirmen el diagnóstico. "Yo es que tengo todos los síntomas", dicen después de oír el saludo de la operadora. Los hay que se ponen en lo peor: "Oiga, que yo tengo 45 de fiebre", recuerda Elena que le soltó un hombre. "La gente joven no está acostumbrada a estar enferma y cuando sucede cree que está peor de lo que está", reflexiona la responsable médica del dispositivo, María Jesús Jiménez. "Es sorprendente lo alarmada que llama la gente simplemente porque tiene fiebre".

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Centro de  Emergencias 112,   en Pozuelo de Alarcón.
Centro de Emergencias 112, en Pozuelo de Alarcón.U. MARTÍN

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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