El líder del PP a Zapatero: "Jugar a Chávez no le conviene a España"

El presidente del PP, Mariano Rajoy, que no pronunciaba en Cataluña un mitin desde las elecciones europeas, regresó ayer a territorio adverso para quedarse a gusto. En un acto en L'Hospitalet, en pleno cinturón rojo de Barcelona, feudo tradicional socialista, Rajoy proclamó a Alicia Sánchez-Camacho candidata a la presidencia de la Generalitat y lanzó un ataque furibundo a la política económica del Gobierno.

El líder de la oposición consideró un "disparate" la gestión de Zapatero y censuró la subida de impuestos: "Es de suicidas porque [los 15.000 millones] no los van a pagar los ricos sino las clases medias y los trabajadores. Jugar a Chávez y al peronismo no le conviene a España", sentenció.

Ante 1.500 entregados simpatizantes, en un show donde se escuchó el Satisfaction de los Rolling Stones y en el que actuó el grupo Navajita Plateá, Rajoy subrayó que España podría salir de la crisis al mismo tiempo que sus socios europeos pero vaticinó que no sucederá así por la obstinación de Zapatero. "Podría rectificar, pero se empecina en el error y, lo que es más grave", subrayó Rajoy, "obliga a todos los miembros de su Comité Federal a sumarse a él. Hemos apoyado al Gobierno en Afganistán y en política antiterrorista. Pero no vamos a ser cómplices en su política económica".

La plana mayor del PP -la secretaria general, Dolores de Cospedal, y los presidentes de la Comunidad Valenciana y Galicia, entre otros- acudió al mitin para mostrar su apoyo a Sánchez-Camacho. El PP necesita tapar el agujero que tiene en Cataluña, donde los socialistas le sacaron en las últimas generales 18 diputados de ventaja (25 frente a siete) y más de un millón de votos.

"Zapatero ha huido de Cataluña y ha generado una enorme frustración. Y yo no huiré. Alicia va a ser el despertador de muchas conciencias", dijo Rajoy sobre su candidata, a quien considera catalizadora del cambio. Emocionada, la senadora cargó contra el Gobierno tripartito y lamentó su despilfarro en viajes al exterior abriendo embajadas. Su primer objetivo es ganar terreno en las autonómicas y convertir al PP en decisivo para un eventual Gobierno de CiU.