Camps con Fenoll

Nunca antes el presidente de la Generalitat había manifestado tanta debilidad por Benidorm. Allí empezó la semana el lunes con la inauguración del Invat.tur y las visitas al Paseo Marítimo de Poniente o las obras del Centro Social, y en la capital turística valenciana la terminó ayer. La excusa volvió a ser la visita a unas obras, en este caso a las de rehabilitación de la Iglesia de Sant Jaume y Santa Ana que financia la Generalitat en el centro histórico, y la inauguración oficial del primer hotel de cinco estrellas del casco urbano de la ciudad, el Villa Venecia de la cadena Magic Costa Blanca, en plena actividad desde el 28 de julio.

Ambas visitas han tenido un trasfondo: el apoyo al alcalde del PP Manuel Pérez Fenoll, que dejará su puesto al socialista Agustín Navarro gracias a la moción de censura que se consumará el martes que viene con el apoyo del tránsfuga José Bañuls. "Tanto yo, como todos los ciudadanos de Benidorm, apoyamos al alcalde de este municipio porque es el alcalde democráticamente elegido por todos", dijo Camps, según pudieron descifrar de sus palabras los periodistas en la carrera hacia el coche tras ambos actos.

Hubo de nuevo un notable desembarco de cargos. La consejera de Turismo, Belén Juste, o los de Bienestar Social y Hacienda, Empleo y Ocupación, los benidormenses Angélica Such y Gerardo Camps, arroparon la visita de Camps. Pero se notaron tanto más las ausencias. Los primeros espadas de la patronal COEPA, de la hotelera local Hosbec o de la Cámara de Comercio delegaron su representación.

"Benidorm hace tiempo que ganó la batalla de la cantidad y cada vez más empresarios se han dado cuenta de que hay que ganar la batalla de la calidad", dijo Fenoll con una frase que pareció una paradoja de la realidad política de la ciudad.