Lluvia, arte y canapés

No hubo aglomeraciones ni calles cortadas. El Día de las galerías, la inauguración colectiva de la temporada que ayer celebraron las 44 asociadas en ArteMadrid, transcurrió con un flujo tranquilo pero constante de visitantes. La lluvia que cayó a media tarde vació los locales, pero a partir de las ocho de la tarde la cosa se animó. La pintora Ángeles San José aprovechaba que la hora de cierre se extendió hasta la medianoche de ayer para ver las fotos del italiano Gabriele Basilico en la galería Oliva Arauna. "Esta iniciativa está bien porque puede atraer a un tipo de personas que no somos los que habitualmente vamos a las galerías", aseguraba, aunque se quejaba de que no tendría tiempo de ver todas las exposiciones.

Juana y Concha de Aizpuru no daban abasto saludando a las decenas de personas que atestaban la sala en la que se daba buena cuenta del pollo frito que ya es especialidad de la casa. "Es el mejor catering", felicitaba un invitado a las anfitrionas. "Casi todos son conocidos, aunque muchos están de paso porque se van a otras galerías. Más tarde vendrá la gente más cercana", señalaba Concha al filo de las nueve. Soledad Lorenzo opina que es una buena idea que todas las galerías abran al mismo tiempo la temporada: "Los habituales vienen siempre, pero esto se hace con la idea de que vengan los que no lo son", decía la veterana galerista después de atender a unos clientes interesados en la obra de José Manuel Broto, que ha elegido para inaugurar la temporada. En la galería de Nieves Fernández, sus tres hijas, Nerea, Idoya y Edurne, celebraban su apertura otoñal con amigos, entre las fotos de Jeff Cowen que cuelgan de sus paredes desde antes del verano, y con la mente ya puesta en su próxima exposición: Jannis Kounellis.