Acusaciones de chantaje en el juicio de 'Los Albertos'

El abogado de Los Albertos y ex fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Peláez acusó hoy a Pedro Sentieri de haberle chantajeado para que declarara contra los dos empresarios en el caso de la supuesta carta falsa de Urbanor (con la que se pretendía la exculpación de los empresarios). La letrada del arquitecto negó ese chantaje por parte de Sentieri, y denunció que fue éste el que había sido víctima de presiones.

Peláez, que declaró hoy como acusado en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid, señaló a los representantes de Pedro Sentieri que había "recibido una propuesta de su cliente de que retiraría la acusación" contra él "si declaraba como testigo en contra" de los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer.

"He preferido seguir imputado aquí antes que traicionarles", aseguró Ignacio Peláez, que provocó la indignación de Marian Estrela y Luisa Ramón, representantes de Sentieri y otros socios de Los Albertos en Urbanor. Las dos abogadas acusaron a Peláez de mentir y de ser él quien había exigido a Sentieri que retirara los cargos, al tiempo que denunciaron presiones de otras personalidades afines a Los Albertos, incluso de jueces.

"No es un espectáculo"

"Es algo vil y miserable, jamás le he hecho ningún tipo de propuesta a Sentieri", respondió el ex fiscal de la Audiencia Nacional, lo que llevó a la presidenta del tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid que juzga el caso a intervenir y pedir a las representantes de Sentieri que no siguieran respondiendo.

Ante la crispación, la presidenta de la sala, Ángela Acevedo, no aceptó la petición de comprensión de las letradas: "Yo no tengo que comprender en este momento nada", tras lo cual avisó al público que evitara risas y comentarios porque "esto no es un espectáculo; es un juicio".

Por su parte, Los Albertos y sus abogados justificaron sus contactos con los hermanos Arnaiz por su interés en recabar pruebas que pudieran exculparles en el caso Urbanor, aunque negaron haber intervenido en redactar la carta que usaron para intentar que el Supremo revisara su condena. "Intentamos agarrarnos a un clavo ardiendo para evitar la sentencia del Supremo". "Estábamos en una situación francamente desagradable (...) estábamos muy desolados y hacíamos lo que nos decían los abogados", declaró Alcocer.