Ben Bernanke da por concluida la recesión en Estados Unidos
El banquero central afirma que es "muy probable" que la destrucción de riqueza haya acabado - Varios consejeros del banco central hablan ya de subir los tipos
La recesión toca a su fin en Estados Unidos tras cuatro trimestres consecutivos de contracción. Al menos técnicamente. Así lo declaró ayer el presidente de la Reserva Federal (el banco central), Ben Bernanke, en su primera aparición pública desde que el presidente Barack Obama le ofreciera seguir cuatro años más al frente de la política monetaria estadounidense. Eso sí: la recuperación será lenta, advirtió Bernanke.
Hace justo un año, el colapso de Lehman Brothers precipitó una crisis financiera sensacional. En un discurso ante la Brookings Institution coincidiendo con el aniversario del terremoto financiero que hizo tambalear Wall Street, Bernanke defendió su gestión de la crisis. Incluido el hecho de dejar caer a Lehman.
Washington estudia desprenderse del 34% que controla en Citigroup
Sin una respuesta enérgica para contener el pánico, "la recesión habría sido mucho más profunda", dijo. Y aprovechó la ocasión para pedir que las nuevas reglas que regirán la industria financiera, que espera se aprueben sin dilación, contemplen un procedimiento claro para liquidar de forma controlada grandes entidades como Lehman, para "evitar el colapso caótico vivido hace un año".
Bernanke no quiso caer en la tentación de mostrar demasiado alborozo. Sin embargo, mostró un optimismo mayor del que suele, al afirmar que "técnicamente es muy probable que la recesión haya acabado". Y aseguró que el miedo a un colapso financiero ha pasado. Sí precisó que la recuperación será "débil" al inicio; además, ese crecimiento anémico se hará notar durante todo 2010 en el mercado laboral, con un desempleo elevado.
La crisis arrancó oficialmente en diciembre de 2007, aunque el primer trimestre en negativo se registró en el tercer trimestre de 2008, con una contracción del 2,7%, que se aceleró al 5,4% a final de año y tocó fondo en el 6,4% del arranque de 2009. En el segundo trimestre la destrucción de riqueza fue del 1%. En todo ese periodo se destruyeron 6,9 millones de empleos y la tasa de paro se duplicó, hasta el 9,7%.
Barack Obama dijo ayer ante los empleados de una planta de General Motors en Ohio que por primera vez en año y medio puede verse "crecimiento en lugar de caída" en la actividad industrial. Pero a pesar de los signos positivos, admitió que hará falta tiempo "para que la recuperación sea completa". "Sé que han sido tiempos muy duros", remachó.
Ante esta situación, la Fed mantendrá el pie sobre el acelerador de los estímulos todo lo que pueda. Pero el alza de tipos podría llegar antes de que el paro baje a un nivel más saludable para contener la inflación. Varios de los consejeros del banco central hablan ya abiertamente de ello, al empezar a ver la recesión por el retrovisor. Se anticipa un repunte superior al 2% del PIB para el tercer y el cuarto trimestre.
En la misma línea que Bernanke, la presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, Janet Yellen, cree que la expansión será "tibia" y "vulnerable", lo que justifica una retirada gradual de los estímulos.
Las últimas cifras económicas justifican el creciente optimismo en EE UU. Las ventas en el comercio subieron en agosto un 2,7%, gracias a los incentivos a la compra de coches nuevos, que dispararon el 10,6% las ventas de vehículos. Ese plan de ayuda expiró hace dos semanas. Los analistas creen que octubre será clave para saber cuál será ritmo de la recuperación, porque es cuando Washington empezará a desmantelar los programas de emergencia.
En otro signo de que el sector financiero empieza a sanar, Washington estudia la manera de desprenderse del 34% del capital que controla en Citigroup. El Gobierno estadounidense recibió acciones del banco a cambio de 45.000 millones de dólares de dinero público para evitar un colapso mayor aún que el de Lehman.
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