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Las peticiones de auxilio al 'banco' de la Generalitat se disparan

El ICF concede, hasta junio, los mismos préstamos que hace un año

La letal combinación de crisis y cierre del crédito por parte de bancos y cajas ha originado un alud de peticiones de auxilio de las empresas al Instituto Catalán de Finanzas (ICF). Desde que la burbuja inmobiliaria-financiera reventara en España, el banco de la Generalitat ha visto incrementar en más del 30% las solicitudes de operaciones de créditos y avales, y ha dado el visto bueno a menos de la mitad, a casi el 47%, pero las mismas, en términos absolutos (en torno a 170), que las otorgadas antes de que la crisis empezara a recrudecerse. Eso sí, ha prestado casi el 84% más de dinero, 388 millones de euros en los últimos seis meses.

Los datos facilitados por el ICF a este diario muestran que su actividad crediticia aumentó el 85% en un año al cerrar el primer semestre con 634,6 millones, frente a los 343,3 del mismo periodo del ejercicio anterior. Pero esta actividad incluye, además de las líneas de financiación empresarial, como créditos, avales y préstamos sindicados, toda la inversión del ICF Equipaments, el vehículo con el que la Generalitat financia la construcción de centros de justicia, sanitarios y, sobre todo, escuelas, lo que no tiene nada que ver con la petición de auxilio por parte de las empresas.

Sin esta actividad, el importe de las operaciones entre enero y junio superó los 388 millones, frente a los 211 de los seis primeros meses de 2008. No porque haya ayudado a más empresas, sino porque a las que lo ha hecho les ha prestado más dinero. El número de créditos y avales aprobados es el mismo (172 en la primera mitad de 2008 y 169 hasta el pasado mes de junio).

Las líneas de crédito del ICF para este año superan los 1.000 millones. La más cuantiosa es ICF Crèdit, dotada con 300 millones y destinada a financiar inversiones productivas a largo plazo. A los créditos hay que añadir los 500 millones en avales que la Generalitat puso en marcha en primavera para las empresas con problemas de liquidez que presenten planes de viabilidad.

Para Comisiones Obreras, los datos anteriores son una muestra de que el ICF, como la banca, tampoco está ayudando a las empresas. El secretario de Acción Sindical de CC OO, Simón Rosado, ha exigido recientemente que se "redimensione" el banco público catalán como "instrumento de política industrial de verdad". Según Rosado, en los próximos días "caerán casi medio centenar de proyectos empresariales porque llevan meses esperando un crédito del ICF".

"No hemos cerrado el grifo, estamos al mismo ritmo que hace un año", se defienden en el ICF, que acaba de incorporar a Miquel Salazar como consejero delegado. "No podemos financiar todos los proyectos que nos llegan, algunos son de dudosa viabilidad y si los financiamos, luego nos critican porque se dispara la morosidad y se nos acusa de financiarlo todo", insisten.

En 2008, prestó dinero, entre otras, a Habitat y a Dogi, ambas con concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos), pero también a Aernnova y a Oryzon, y avaló el 65% de la compra de Frigo por parte de Farggi. Y este año, a Ercros, (con pérdidas), a Ficosa y ayudó a financiar la operación de Spanair. El problema es que los datos facilitados no permiten saber la evolución de cada crédito ni conocer a qué empresa y en qué condiciones está prestando dinero la Generalitat. "La mayoría se lo comen las grandes empresas de siempre", ahonda Rosado.

La "opacidad absoluta" es la principal crítica lanzada desde CiU, que ha pedido el amparo del presidente del Parlament, para poder fiscalizar la actuación del ICF. Se trata, al fin, de dinero público. "Sólo nos dan datos estadísticas: el 30% de los créditos van al sector inmobiliario. Vale, pero no sabemos si se trata de una única operación. Raya lo cómico", se queja el diputado convergente Jordi Turull.

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