Fuerte caída del cultivo de opio
La agencia de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) informó ayer de que el cultivo de opio en Afganistán ha caído en un 22% y la producción de droga en un 10%. Se trata del mayor descenso de la historia en un país que produce el 90% de la heroína que se consume en todo el mundo.
La ONU cree que el dato supone una excelente noticia pero otras fuentes señalan que los productores de opio sólo tratan de frenar la producción para elevar el coste de la heroína en el mercado mundial.
Mientras que la industria está principalmente controlada por bandas criminales, se supone que los talibanes desvían millones de dólares del tráfico de opio mediante las imposiciones de tasas a agricultores y contrabandistas a cambio de protección en el transporte de la mercancía hacia el extranjero.
El tráfico del opio se convirtió en uno de los negocios más florecientes en Afganistán, país al que algunos expertos llegaron a referirse como un narco-Estado por las grandes cantidades de droga que produce en 28 de sus 34 provincias y por los 1,7 millones de personas que se dedican a ello.
La producción de opio en territorio afgano tendrá unas "catastróficas consecuencias" en la lucha por restablecer el orden democrático, ya que parte de los beneficios de su venta sirven para financiar a los insurgentes y milicianos talibanes, concluye el estudio.
El 60% del cultivo de opio en Afganistán se da en la provincia sureña de Helmand uno de los feudos talibanes más sólidos y donde las fuerzas aliadas occidentales se han empleado más a fondo en los últimos meses. En lo que va de año han muerto 300 soldados occidentales, la cifra más alta desde que Estados Unidos invadió Afganistán en 2001. Sólo en agosto han muerto 77 soldados.
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