Vuelve 'El Quinteto de Avignon', de Durrell
Edhasa recupera la obra, a los 23 años de su publicación
Una de las escasas ventajas que la crisis ha traído a los lectores, amén del asentamiento de los libros de bolsillo, es la operación rescate de grandes títulos clásicos, valores seguros en lo literario (y muy rentables por los escasos derechos de autor). En esa vía se inscribe la operación de Edhasa de recuperar El quinteto de Avignon, de Lawrence Durrell, más de 2.000 páginas que llevaban fuera del circuito editorial en castellano en formato rústica desde hace 23 años.
La traducción que Jordi Fibla realizara para Versal en 1986 es también la que recuperará Edhasa en la rentrée literaria y a lo largo de 2010. En septiembre sale Monsieur o el Príncipe de las tinieblas, primera entrega de una pentalogía que siempre quedó a la sombra del famoso Cuarteto de Alejandría tetralogía que catapultó a Durrell (India, 1912-Francia, 1990) y que aún hoy vende en España casi 2.000 ejemplares anuales. "Hemos sido toda la vida los editores del Cuarteto y no podíamos dejar de hacer el Quinteto", argumenta ufano el editor, Daniel Fernández, que recuerda que Durrell bautizó su obra como quincunx o quincunce, la forma de ordenar los cinco puntos de los dados y que respondería a las miradas de la novela.
Un paso más
Y es que, de alguna manera, con Monsieur (1974), Livia (1978), Constance (1982), Sebastian (1983) y Quinx (1985), Durrell quiso engarzar y, a la vez, dar un paso más en su experimentación literaria que inició con el Cuarteto. Si en ése el amor, la pasión y la política daban pie a una innovación técnica notable (un mismo tema visto desde cuatro ángulos distintos), en el Quinteto el esfuerzo aún será más experimental y con mayor penetración psicológica en los personajes.
"El Quinteto trata de la muerte en vez del amor; no lo puedes leer a los 20 años, necesitas ya estar más cerca de los 40", dice el editor. La trama parece conducir a esa reflexión: huyendo de los hedores sociales que llevarán a la Segunda Guerra Mundial, cinco amigos se agrupan en Avignon. La guerra marcará la psicología de los personajes y hasta les llegará a enfrentar, como ocurrirá entre Constance y Sebastian, personificaciones del duelo entre Oriente y Occidente. En definitiva, cruces de destinos que se concentrarán en la última obra.
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