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El fin de una dinastía

Una concurrida misa en un barrio obrero

Pocos esperaban la elección de una iglesia como la de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el barrio bostoniano de Mission Hill, para la misa funeraria de Ted Kennedy. Mission Hill es un barrio de clase media, racialmente diverso, ajeno a las mansiones donde residen los miembros de la saga familiar que ayer despidió a su patriarca. Pero el mismo senador dejó dicho en su testamento que esa era su elección personal.

Era un lugar con un especial significado espiritual para él, ya que acudió allí a diario mientras su hija Kara se sometía a un duro tratamiento contra un cáncer de pulmón en un hospital cercano. Cuando al propio senador le diagnosticaron un tumor cerebral maligno, en mayo de 2008, acudió allí a rezar de nuevo. "Con el tiempo, la basílica cobró un significado especial para él como un lugar de esperanza y optimismo", dijo la familia en el programa del servicio funerario.

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Allí acudieron ayer Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter. George Bush padre se ausentó, excusándose por teléfono ante Victoria, la viuda del senador. Les acompañaron el gobernador de Massachusetts, el alcalde de Boston, 58 senadores en activo y 21 ya retirados. En la multitud se vio a Jack Nicholson y a Arnold Schwarzenegger, gobernador de California y marido de María Shriver, sobrina de Ted Kennedy. El mismo arzobispo de Boston, el cardenal Sean O'Malley, ofició la misa.

El senador era un amante de las artes, y el mundo de la cultura se despidió de él como del prócer que era. Plácido Domingo cantó el Panis Angelicus, de Cesar Franck, acompañado por el violoncelista Yo Yo Ma. Posteriormente, la soprano Susan Graham entonó un emotivo Ave María.

En el programa había una foto de un Ted Kennedy sonriente, junto a una imagen del mar y un yate, su pasión, acompañados por unas palabras del propio senador: "En mis años de servicio público siempre he creído que América debe navegar hacia las costas de la libertad y la justicia común".

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