Sal para la vida
Un elemento básico de la alimentación mediterránea es la sal. Resulta muy beneficiosa si se consume en su medida justa. Un proverbio atribuido a Plinio reza: “No hay nada más útil para la salud que la sal y el sol”. El uso de este mineral en la cocina proporciona sabores y texturas diferentes.
En la antigüedad se descubrió que la salazón prolongaba la vida de los alimentos. La pesca y la caza cubrían, durante la edad del bronce, las necesidades alimenticias de la población. Pero los productos se descomponían rápidamente, por lo que hubo que agudizar el ingenio para poder conservarlos.
Aunque no está claro qué civilización fue la primera en usar la sal como conservante. Quizá fue en Mesopotamia, como lo considera el arqueólogo francés Jean Bottéro, donde se ponía tanto el pescado como la carne en sal y aceite. Una salmuera a la que llamaban shiqqu, que servía además de aderezo en los platos. Otra teoría apunta que, en el antiguo Egipto, se secaban, salaban y prensaban las huevas de mújol.
Con el transporte posterior del pescado, la salazón resultó imprescindible. Los fenicios fueron los primeros que comercializaron estos preparados. Hace 2.500 años disponían de factorías a lo largo de las costas mediterráneas. De las que hoy quedan numerosos restos arqueológicos. La sal mejoraba el sabor de los alimentos. Y el hombre la introdujo en su dieta diaria, casi vegetariana, a fin de que el aporte de sodio compensase el exceso de potasio.
En los primeros tiempos de Roma a los soldados se les pagaba con sal, como moneda de cambio. La suma de dinero que recibían era el salarium. Durante la ocupación romana, las ciudades clave en el comercio de salazones fueron Almuñécar (Sexi), Adra (Abdera), Cartagena (Carthago Nova) y Cádiz (Gadir). Las especies más apreciadas eran la sardina, la anchoa, la caballa, el bonito y el atún. En Hispania proliferaron las factorías de salazones. Se componían de unas piletas en las que se maceraba el pescado con sal. Un proceso que duraba entre 20 días y tres meses. También fabricaban distintas salsas de pescado. La más famosa y cara era el garum, y para su reparto se utilizaban ánforas.
Tras la caída del Imperio Romano, los visigodos, árabes y judíos siguieron consumiendo el pescado en salazón. Pero el cristianismo, con la prohibición de comer carne los viernes y en días de Cuaresma, sostuvo esta costumbre gastronómica.
Actualmente, los países desarrollados siguen utilizando la salazón en el pescado, porque confiere al pescado unos aromas finales exquisitos. España tiene productos de renombre mundial, como las anchoas de Santoña y la mojama de atún de Barbate.
‘Esqueixada’ mixta
Ingredientes
Para 4 personas
- 400 gramos de bacalao
- 2 patatas grandes
- 2 naranjas
- 50 gramos de aceitunas negras
- 12 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal gorda
- Laurel
Vinagreta templada de naranja
- 2 cebolletas tiernas
- 1/2 pimiento rojo
- 1 pimiento verde fino
- 1 tomate rojo duro
- 3 ramitas de perejil
- 3 ramitas de cebollino
- 9 cucharadas de aceite
- El zumo de 1 naranja
- Sal
- Pimienta
Instrucciones
Desalar el bacalao y cortarlo, al gusto, en lascas o en dados. Picar las aceitunas y mezclarlas con el aceite. Poner a macerar allí el bacalao durante media hora.
Cocer las patatas con piel durante 20 minutos en agua con sal y laurel. Ya secas, pelarlas y cortarlas en rodajas.
Pelar las naranjas y cortarlas en rodajas.
4. Vinagreta templada de naranja
Escaldar, pelar y picar muy finos los pimientos, el tomate, las cebolletas, el perejil y el cebollino. Calentar un minuto el zumo de naranja con la sal y la pimienta, añadir el aceite y toda la verdura picada. Mantener al fuego un minuto para que se temple sin freírse.
5. Presentación
Colocar en los platos unas rodajas de patata, y encima, las de naranja y el bacalao bien escurrido de su aceite, y rociar con la vinagreta.
Salpicón de anchoas y queso fresco
Ingredientes
Para 4 personas
- 12 anchoas en salazón
- 150 gramos de queso fresco
- 2 aguacates
Salpicón
- 1 pepino pequeño
- 1 pimiento verde fino
- 1 tomate
- 1 cebolla roja
- 8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 3 cucharadas de concentrado de vinagre Pedro Ximénez
- Sal
- Perejil
- Pimienta
Instrucciones
Desalar las anchoas durante media hora en agua templada. Cortar el queso en dados, cortar los aguacates a la mitad, quitar el hueso y sacar la pulpa con una cucharilla. Reservar las cáscaras enteras.
2. Salpicón
Raspar la piel del pepino, dejando algo verde para que sea más digestivo, y cortarlo en rodajitas finas. Picar la cebolla, los pimientos y pelar el tomate. Cortar todo en dados pequeños. Picar el perejil.
3. Presentación
Mezclar los ingredientes del salpicón con el queso y las anchoas. Aliñar con el aceite, el concentrado de vinagre, la sal y la pimienta. Servir dentro de los medios aguacates, espolvoreado con perejil.
Ensalada de huevas con habas, zanahorias ‘baby’ y fresones
Ingredientes
Para 4 personas
- 100 gramos de huevas de maruca
- 1 lata de habitas baby
- 1 manojo pequeño de zanahorias baby
- 100 gramos de fresones
- 1 sobre de ensalada variada
- El aceite de la lata de habitas
- Pimienta
Instrucciones
Cortar las huevas de maruca en lascas finas. Lavar y centrifugar las ensaladas, lavar los fresones con el tallo, suprimirlo después y cortar la fruta en láminas.
Raspar, lavar las zanahorias y cocerlas en agua hirviendo con sal.
Mezclar las habitas y su aceite con las zanahorias, la ensalada y los fresones. Colocar en los platos.
4. Presentación
Cubrir la ensalada de lascas de huevas y, si es necesario, aliñar con más aceite, vinagre y pimienta. Ser cautos con la sal.
Mojama con ensalada de pan moreno, tomate ‘raff’ y almendras
Ingredientes
Para 4 personas
- 150 gramos de mojama en lonchas finísimas
- 4 tomates maduros
- 100 gramos de pan candeal del día anterior
- 8 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- Orégano
- Albahaca
- Almendras fileteadas
Instrucciones
Lavar los tomates, escaldarlos, pelarlos y congelarlos unos momentos para cortarlos fácilmente en lonchas finas.
Cortar el pan en rebanadas del mismo grosor que los tomates, extenderlas sobre una fuente y salpicarlas con agua salada.
Colocar el pan, el tomate y la mojama a capas hasta terminar con una loncha de mojama. Sazonar cada capa con pimienta, orégano, albahaca y unas gotas de aceite. Freír y escurrir las láminas de almendra.
4. Presentación
Rociar la mojama con unas gotas de aceite, pimienta negra y las láminas de almendras recién fritas.
Salmorejo con bonito seco de Larache
Ingredientes
Para 4 personas
- 400 gramos de pan gramado del día anterior
- 1 kilo de tomates maduros
- 1 diente de ajo
- 1 vaso de aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 1 huevo duro
- 100 gramos de bonito seco en lonchas finas
Instrucciones
Triturar el pan duro en la batidora. Añadir el diente de ajo, los tomates escaldados y pelados y el aceite poco a poco. Si la trituradora es potente, no hace falta ni pelar los tomates ni pasar el salmorejo por el chino, pero en caso contrario, pelarlos o pasarlo por el chino.
Sazonar con sal y seguir batiendo hasta que resulte una crema espesa y homogénea.
Guardar la mezcla en la nevera hasta el momento de servir.
4. Presentación
Servir el salmorejo en copas, con huevo duro picado y lonchas de bonito seco por encima.
Algunos consejos
- Las salazones se deben cortar, por lo general, en láminas muy finas.
- En caso de servirse sola, la salazón debe regarse con un aceite de oliva virgen extra y un poco de pimienta.
- El aceite de oliva y la salazón son compañeros inseparables.
- Para conservar una salazón, a no ser que esté envasada al vacío, se debe recubrir de aceite de oliva virgen para evitar que se reseque.
- Otra técnica es, una vez cortada, envolverla en un paño empapado con aceite. Ayuda así a conservar su frescura y sabor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.