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Reportaje:

El sordo conflicto de Okondo

La explosión de una bomba casera destapa el acoso que sufren los ediles de EA por parte de algún vecino - La Ertzaintza ultima su investigación

"Si quieres saber lo que pasa en este pueblo, echa la vista 20 años atrás y mira lo que pasó en el pleno de entonces". Juan, un vecino de Okondo, quien prefiere no precisar sus datos personales, se refiere así al conflicto, al acoso que sufren el primer edil, Andrés Alcalde, y su equipo de gobierno municipal, todos ellos de EA. En Okondo, un pueblo de apenas 1.100 habitantes de bucólica estampa, situado al norte de Álava (a nueve kilómetros de Llodio, la segunda localidad alavesa), no todo es tan plácido como parece. Ese conflicto, que se ha mantenido soterrado desde hace 20 años o, al menos, encerrado entre las paredes y las calles de la localidad, salió ayer a la luz pública. Alguien colocó una bomba de fabricación casera en el bar de las piscinas municipales, que regenta en régimen de concesión administrativa la hija del teniente de alcalde, Bienvenido Verdugo. El bar no podrá abrir en los próximos días debido a los daños causados por la explosión, que Interior llegó a considerar inicialmente un ataque de kale borroka hasta que lo descartó. Los cuatro ediles de Eusko Alkartasuna han dicho basta.

Al alcalde le han quemado dos veces un caserío y un pabellón

¿Qué paso en aquel pleno de hace 20 años? Una alianza antinatural formada por EA, Herri Batasuna y el PP desbancó de la alcaldía al peneuvista Ángel Alcalde para colocar a su hermano Andrés, de EA. Desde entonces, Andrés rige los destinos de la localidad con EA formando siempre la mayoría de gobierno en solitario. En las últimas elecciones, obtuvo cinco concejales por cuatro peneuvistas. No hay sitio para nadie más.

¿Cuál es la razón de este conflicto? Se pregunte a quien se pregunte la respuesta resulta variopinta. Para el segundo teniente de alcalde, Sergio Tato, las razones son de tipo "exclusivamente político". "Nos quieren echar del Ayuntamiento [a los concejales de EA]", se muestra tajante. "Al principio iban sólo a por Andrés Alcalde, pero ahora ya es todo el equipo de gobierno". La lista de incidentes es larga, pero sólo en el último mes ya se han contabilizado dos disparos de rifle de calibre 22 contra los coches particulares de Tato y de otra concejal de su partido cuando estaban vacíos; el incendio de una propiedad del alcalde y ahora la explosión de la bomba casera.

Este nuevo incidente ha cogido al alcalde de vacaciones fuera de la localidad. En los últimos años, le han quemado dos veces un caserío y un pabellón de su propiedad. La Ertzaintza tiene ya "la investigación muy avanzada" sobre el autor o los autores de los ataques, según confirmó ayer a este periódico un portavoz del Departamento de Interior. "No se trata de una gamberrada, sino que van a por nosotros", comenta Tato con una mezcla de rabia y miedo.

Aunque las diferencias entre las dos formaciones nacionalistas en la localidad parecen irreconciliables, Roberto Fernández, uno de los cuatro concejales del PNV, trata de quitar hierro al asunto. "El PNV y EA no nos llevamos bien, pero no nos tratamos a matar. Lo que está ocurriendo en el pueblo es obra de un vecino descerebrado, pero no tiene nada que ver con las diferencias entre PNV y EA. Cada uno defendemos lo nuestro, pero sin atacar a nadie", destaca.

Fernández sostiene que en las calles del pueblo se respira un aire "de gran normalidad, todo va de maravilla". "Mira, hace tres días que fueron las fiestas. Gané el concurso de tortilla y me vino a felicitar la concejal de EA, quien me dio dos besos. Cada uno puede pensar como quiera, pero la situación no es como para llegar a las manos".

Desde EA, el panorama se ve de manera muy diferente, sobre todo por el trato que el PNV le da al alcalde. "La relación con el PNV es muy dura políticamente", resalta José Antonio Otaola, concejal de la primera formación. "Entre los concejales nos llevamos, pero al alcalde no lo pueden ver. Le han presentado querellas por malversación, apropiación indebida, robo, pero no hay ni una condena".

Estado en que ha quedado el bar de la piscina de Okondo tras el ataque
Estado en que ha quedado el bar de la piscina de Okondo tras el ataqueL. RICO

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