Alcaldes y Gobierno vasco acuerdan borrar de las calles los símbolos de ETA

El Departamento de Interior y la Asociación de Municipios Vascos (Eudel), que representa a 251 ayuntamientos, incluidos los 33 de la ilegalizada ANV, dejaron ayer atrás sus desencuentros en torno a la retirada de símbolos de ETA de la vía pública con una reunión al máximo nivel en Bilbao. Con la presencia del consejero Ares y el presidente de Eudel y también alcalde de Tolosa, Jokin Bildarratz (PNV), ambas partes quisieron trasladar una imagen de "absoluta sintonía" para limpiar las calles de iconos proetarras e impedir "cualquier tipo de manifestación que enaltezca el terrorismo u ofenda la memoria y la dignidad de las víctimas".

Con prudencia, para no atizar más el fuego, Eudel e Interior emitieron un comunicado conjunto en el que recalcan su "compromiso permanente, no fruto de coyunturas puntuales ni de periodos concretos" para impedir que los extremistas utilicen el espacio público como altavoz para sus discursos. "Es una actitud diaria que debe llevar a toda la sociedad a no resignarse y a no asumir como normal la presencia en nuestras calles de símbolos que enaltecen el terrorismo, ofenden la memoria de las víctimas y vulneran la ley", explicaron en la nota, abogando por potenciar la "pedagogía democrática".

Con las partes de acuerdo sobre el fondo, queda perfilar cómo hacer frente a la feroz militancia de los radicales, que reponen una y otra vez los carteles pese a la insistencia de los servicios de limpieza, que en algunos municipios han tenido que trabajar con escolta. La intención de Interior, que terminará plasmada en un acuerdo, es reforzar "la coordinación y la actividad preventiva", a través de las Juntas Locales de Seguridad, que reunen al ayuntamiento con la Ertzaintza.

También se estudió la petición del consejero Ares de que se revisen las ordenanzas para impedir la concesión de licencias a los locales y bares festivos instrumentalizados por Batasuna y su entorno. La idea es que, con el apoyo de los grupos de trabajo creados y tras concretarse quién se ocupa de qué y quién paga, lo acordado pueda ponerse en marcha a partir de septiembre.

La intención del Gobierno vasco de acabar con la "falsa normalidad", como la definió Ares, que supone convivir con los símbolos de ETA generó una agria polémica. EA, Aralar y algunos dirigentes del PNV, como su líder guipuzcoano, Joseba Egibar, pusieron en duda la proporcionalidad de las actuaciones policiales para retirar las fotos de los recintos festivos. Egibar calificó de mero "juego de verano" la campaña de Interior en las fiestas de las tres capitales vascas y en municipios como Gernika o Lekeitio. En este último, la chispa saltó a finales de junio, cuando el Ayuntamiento, en manos del PNV, reprochó que Interior les requiriese por escrito eliminar en 24 horas unas pintadas, argumentando que el Consistorio había seguido siempre una política de "intolerancia absoluta" frente a los iconos de ETA.

Tras varios cruces de declaraciones, Ares optó por liberar más fondos para limpiar las calles y acercar posiciones. Interior aprovechó la ocasión ayer para reiterar su apoyo a todos los municipios y, en concreto, a los que viven "situaciones más complicadas" ante el acoso extremista.