Imputado por la muerte del bebé el joven que mató a su novia
La juez dicta prisión para Daniel D. T. por dos homicidios
Daniel D. T., el joven de 20 años que el martes mató a su pareja de un tiro en la cabeza, ingresó ayer en prisión provisional como presunto autor de dos homicidios. El acusado disparó en el ascensor de su casa, en Barcelona, a Nadia R. C., de 22 años y embarazada de nueve meses. Ella murió en el acto. El bebé vino al mundo gracias a una cesárea que los médicos practicaron al cadáver. Pero apenas 36 horas después falleció en el hospital. De modo que a Daniel, al menos por ahora, también se le considera responsable de esa otra muerte.
El juzgado de violencia sobre la mujer número 4 de Barcelona decretó ayer prisión provisional -comunicada y sin fianza- para Daniel, por los dos homicidios y un delito de tenencia ilícita de armas. El joven defendió su inocencia y declaró que Nadia se disparó ella misma de forma accidental mientras "jugaba" con la pistola en el ascensor, una Mauser que él había comprado en el mercado negro. La juez rechaza esa tesis porque el disparo se efectuó "a 30 o 50 centímetros" de la víctima y por detrás de su cabeza. O sea, que resulta "prácticamente imposible" que Nadia utilizase el arma.
El acusado alegó que Nadia se disparó de forma accidental en el ascensor
La magistrada no determina si Daniel disparó de forma intencionada a su pareja. Sólo apunta que el acusado "pudo empezar a manipular el arma, produciéndose posiblemente una discusión en el ascensor o una inadecuada manipulación que hizo que la disparara", según el auto.
La actitud del joven tras el crimen "redunda en su presunta responsabilidad", según la juez. Es cierto que avisó a los equipos de emergencia -y éstos, a los Mossos d'Esquadra- y que colocó unas toallas bajo la cabeza de su compañera. Pero después limpió y escondió la pistola. La juez se pregunta, retóricamente, "qué sentido" tiene esa actitud si no es el de escurrir el bulto.
La hija de ambos, de tres años, presenció los hechos y "desgraciadamente, habrá quedado marcada para toda su vida", razona el auto. Ahora deberá buscarse la "mejor solución" para la menor, que por ahora vive con la abuela paterna. Fue la pareja de ésta quien encontró primero el cadáver de Nadia tirado en el ascensor. Los cinco vivían juntos en el piso, situado en la calle de Lorena del distrito de Nou Barris.
La juez desmonta los argumentos de la defensa y halla "contradicciones" en el relato de Daniel. El acusado explicó, por ejemplo, que el día de los hechos estuvo en Ripollet, pegando tiros en un descampado con su hermano y unos amigos. Según el hermano, sólo vieron un partido de fútbol. Tampoco coincide la hora en que, supuestamente, la familia -Nadia, Daniel y la hija- volvieron a casa. Existe un "vacío" de dos horas durante las cuales se desconoce qué ocurrió, señala el auto.
Desde una óptica jurídica, casos de este estilo son complejos: existen dudas de que el acusado deba responder también por la muerte del recién nacido, aunque, según los juristas consultados, la imputación del doble homicidio es correcta en este caso. De haber muerto el feto en el vientre de su madre, Daniel podría haber sido acusado de un delito de aborto. Pero la pequeña nació y se mantuvo con vida durante 36 horas. Y el Código Civil considera que una persona lo es plenamente cuando lleva más de 24 horas desprendida del seno materno. "Cabe, pues, considerar que se trata de un homicidio, sobre todo si el disparo fue lo que causó su muerte", detalló ayer el abogado José María Fuster-Fabra.
La pequeña nació con parada cardiorrespiratoria: su madre se quedó sin oxígeno y, en consecuencia, ella también. Los médicos lograron que su corazón latiera, pero no pudo sobreponerse a las secuelas, fruto de las difíciles circunstancias de su nacimiento, según el Departamento de Salud. Dicho de otro modo: si la madre (que salía de cuentas esta semana) no hubiera recibido el disparo, el bebé con toda probabilidad no habría muerto.
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