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Una pareja utiliza a su hija de 11 años para robar en un supermercado de Alcalá

Pablo Linde

Lo tenían perfectamente estudiado. Mientras el padre esperaba en el coche, la madre distraía a la cajera del supermercado y su hija de 11 años se escabullía por la oficina del comercio para buscar dinero. Y lo encontró. Hasta 25.000 euros se intentó llevar esta familia del Súper Descuento Alcalá de Henares, en la calle de Leonardo da Vinci. Pero fueron cazados en el intento.

Eran las 20.15 del pasado lunes. El supermercado está regentado por chinos en un polígono industrial con poca vida, pero que tiene en verano bastante movimiento. Según cuentan los empleados de la tienda, un coche con una familia gitana aparcó frente al establecimiento. El padre se quedó en el vehículo con un niño. La madre y otros dos hijos entraron en el local. Tras mirar varios artículos, fueron a la caja a pagar materiales para la piscina por valor de 47 euros. La mujer enseñó el monedero con un billete de 20 y otro de 500 y pidió que le hiciesen el favor de cambiarlo porque "tenía mucha urgencia por los artículos", relata Tania Xu, hermana del dueño del súper.

La cajera acudió al despacho de su jefe, camuflado entre unos artículos en una esquina del local, y le explicó lo que pasaba. Ante la supuesta urgencia, cogió el dinero y cerró la caja fuerte sin llave y sin percatarse de que la mujer lo había seguido para ver lo que hacía. Cuando salió de la oficina, la niña de 11 años entró en la habitación sin que nadie se percatara. "La madre se puso a hablar sin parar. Decía que no sabía contar y que tenían que darle el cambio de uno en uno. Pero de repente vi a la hija salir de la oficina y me pareció que llevaba algo bajo la camiseta", explica Leo Huan, un trabajador.

Huan no sabía lo que escondía y, mucho menos, que eran 25.000 euros. Pero la niña se puso nerviosa y salió corriendo del local. "Se puso a gritar: '¡Papá, papá!'. Con los nervios tiró lo que llevaba al suelo. Fui a recogerlo y me di cuenta de que eran varios sobres de dinero. Mientras, mi jefe estaba saliendo para ver qué sucedía y el padre arrancó el coche para atropellarnos. Le hizo daño en una pierna", continúa el empleado.

Los trabajadores llamaron a la Policía Local. Los padres tuvieron tiempo para irse, pero la niña, que salió corriendo, estaba perdida por una gasolinera cercana y no pudieron marcharse sin ella. La policía se presentó al poco y, tras ver los vídeos de seguridad, detuvo a los dos adultos. Los agentes registraron el coche, donde hallaron un arma blanca.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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