90 millones para un Ágora con urinarios provisionales
El despacho del arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava reconoció ayer que las obras del Ágora -el edificio del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que se construye en Valencia- no estarán terminadas para el trofeo de tenis Open 500 que se celebrará la primera semana de noviembre.
De este modo, el singular edificio, que se presupuestó en 45 millones de euros y que previsiblemente acabará por costar más de 90, acogerá a los asistentes al torneo de tenis con urinarios provisionales.
Calatrava se escudó ayer en su nota en lo apretado de las fechas del evento, conocidas desde hace meses, y en "las circunstancias propias del desarrollo de este tipo de obras" hacen "imposible la realización de las acciones necesarias para la instalación definitiva de los aseos suplementarios en el Open 500".
El despacho del arquitecto argumentó ayer que el Consell le pidió que construyese el Ágora -un recinto para espectáculos- con un aforo de 3.500 personas, pero que finalmente decidió ampliar la capacidad del mismo hasta los 5.000 espectadores.
El Ágora tenía que haber estado terminada para la entrega de los trofeos de la Copa del América de 2007, según afirmó en su día Presidencia de la Generalitat. Sin embargo, los modificados y los sobrecostes, que ya afectaron en su momento al resto de obras de Calatrava -el museo, el puente y la Ópera, en el complejo de la Ciudad de las Ciencias- obligarán a parar las obras, realizar un acondicionamiento provisional para el tenis y retomar luego el trabajo.La situación del Ágora fue criticada por el concejal socialista del Ayuntamiento de Valencia Juan Ferrer que aseguró que "los sobrecostes en los proyectos de Santiago Calatrava no son una variable, son un dato". Ferrer recordó que todos los edificios de Calatrava han acabado costando, al menos, el doble del presupuesto inicial y recordó que en otras ciudades ya le han cancelado obras por sobrecoste excesivo.
El edil socialista también mostró su preocupación por los futuros usos que se piensa dar al Ágora. "Da la sensación de que [este edificio] es como una plaza de toros cubierta, como la que quiere el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, pero en en lugar de redonda, cuadrada y con menos aforo". Ferrer también se mostró escéptico con los resultados económicos del torneo de tenis con el que se abrirá el Ágora proyectada por Santiago Calatrava.
El singular arquitecto también fue centro de interés ayer en Castellón. Allí el vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, expresó su confianza para que antes de fin de año Calatrava tenga ultimado el Centro de Convenciones que se le ha encargado para Castellón y que inicialmente está presupuestado en 60 millones de euros.
"El arquitecto está trabajando en este proyecto, que es muy complejo porque su tramitación lleva más tiempo, aunque esperamos que en lo que queda de año se pueda acabar", dijo Rambla.
El Centro de Convenciones fue uno de los equipamientos afectados por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de anular el plan de actuación integral de Mestrets de Castellón.
El alcalde de Castellón, Alberto Fabra, explicó que el Instituto Valenciano de la Vivienda está trabajando en la reparcelación de los terrenos en los que se ubicará el futuro edificio de Calatrava. El munícipe añadió que, además, la empresa de la Generalitat Proyectos Temáticos analiza "de forma exhaustiva" el diseño de Calatrava "para evitar desviaciones del presupuesto que será, aproximadamente, de 60 millones".
Calatrava, probablemente el arquitecto valenciano más internacional, se ha convertido en proveedor principal de hitos arquitectónicos del Consell, que también intentó impulsar un complejo de tres rascacielos retorcidos, más un cuarto tumbado, sobre la zona del viejo cauce más próxima al puerto de Valencia. Un proyecto al que no ha acudido la iniciativa privada.
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