Las universidades públicas catalanas se preparan para su examen final
Los siete centros aspiran a ser nombrados Campus de Excelencia Internacional - Superar las pruebas de septiembre les daría millones de euros en ayudas
Las universidades públicas catalanas tienen que estudiar este agosto. Las siete se preparan para aprobar, en septiembre, un examen a su capacidad de convertirse en excelentes polos de atracción de científicos de todo el mundo. El premio para las que aprueben con nota es suculento: millones de euros en créditos y subvenciones de las administraciones central y autonómica para desarrollar proyectos que las conviertan en un Campus de Excelencia Internacional (CEI) en 2015.
Se trata de una iniciativa del Gobierno central que prevé escoger 15 universidades de toda España. La iniciativa no es nueva: otros países han convocado concursos similares. Alemania, por ejemplo, escogió en 2006 y 2007, nueve "universidades de excelencia". Cuatro de ellas están en Baden-Württemberg, una región hermanada con Cataluña. Ambas presumen de ser zonas europeas con una alta concentración de focos de investigación e innovación.
El Gobierno central prevé escoger 15 universidades de toda España
Lleida y Girona esperan impulsar sus parques científicos con la nominación
Los vicerrectores y delegados de los rectores que redactan las propuestas de CEI confían en un éxito similar. Y trabajan contrarreloj para lograrlo, pues la convocatoria salió este julio y las universidades deben presentar sus proyectos el próximo mes. Por eso, los centros trabajan sobre proyectos que ya tenían en mente y que ahora, si ganan, podrán impulsar pese a la crisis.
"No improvisamos, porque ya veníamos trabajando en la integración del campus", dice Juanjo Villanueva, comisionado de la rectora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) para el CEI. "La UAB ya es excelente, pero no lo visualiza suficientemente", admite Villanueva, que cree que la concesión del CEI sería una "marca" que daría impulso a la integración de la UAB con la veintena de centros de investigación que conviven con ella en Bellaterra. Ya lo intenta con el proyecto Esfera UAB, y ahora reforzará sus esfuerzos con su propuesta de CEI.
Si la UAB se concentra en integrar su campus, la Rovira i Virgili, en Tarragona, sigue otra estrategia: promueve proyectos transversales que beneficien a los cuatro centros en los que se distribuyen sus facultades. Su vicerrector, Josep Anton Ferré, explica que, si la URV gana la convocatoria, acabará de construir dos residencias, adaptará las bibliotecas a las necesidades que plantean los nuevos planes de estudios -por ejemplo, más espacios para trabajar en grupo- y mejorará los recursos para investigar. Algo similar prevén hacer la Universidad de Lleida y la de Girona, que además espera impulsar su parque científico y tecnológico como centro de transferencia, es decir, lugar donde las empresas pueden beneficiarse de las innovaciones. Mejorar esto es, precisamente, uno de los objetivos explícitos de la convocatoria CEI.
La Universidad de Barcelona quiere aprovechar la convocatoria para consolidar dos de sus campus. Por un lado, en Bellvitge, con un nuevo edificio clínico y otro aulario que impulsarían el centro biosanitario. Y en la Diagonal, la UB buscará potenciar un "territorio con una alta concentración de excelencia científica", en palabras de Joaquim Gutiérrez, delegado del rector para la elaboración del CEI. Lo hará acabando la construcción de varios edificios, entre los que destaca una torre central en la parte sur de la Diagonal que, como un faro, visualizará esa zona y las aledañas.
En el "portal del conocimiento", como denomina la UB la zona final de la Diagonal, está presente también la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), pero ambas universidades no presentarán una candidatura conjunta de CEI. Colaboran, pero la UPC ha optado por impulsar su plan de desarrollo propio, que prevé hacer la universidad más sostenible -por ejemplo, ahorrando energía en sus equipamientos- y adaptarla a las nuevas tecnologías, facilitando, por ejemplo, el uso del móvil en las gestiones académicas.
Al otro lado de la ciudad se encuentra la Pompeu Fabra, otro campus urbano situado íntegramente en el 22@, donde aún dispone de 60.000 metros cuadrados de suelo. Y para dar nombre a ese campus, han utilizado una utopía recurrente en el urbanismo barcelonés: "Icaria Internacional".
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