Ahmadineyad se rodea de amigos y ex 'pasdaranes'
El presidente iraní ultima el Gabinete para su segundo mandato
Mahmud Ahmadineyad apuró ayer hasta el último momento el plazo legal para presentar su nuevo Gobierno ante el Parlamento, tras su polémica reelección como presidente el pasado junio. A falta de conocerse la lista definitiva de sus 21 ministros, los primeros nombres confirman que ha vuelto a recurrir a su círculo íntimo y al peso de sus antiguos camaradas de armas en la Guardia Revolucionaria (los Pasdarán). Ahora todos ellos afrontan el escrutinio de la Cámara, donde reformistas y conservadores moderados tratarán de frenar el radicalismo del jefe del Gobierno.
Uno de los ministerios más importantes es el de Petróleo. Irán es el quinto exportador del mundo de crudo, que proporciona el 85% de los ingresos del Estado, y los diputados, así como la élite política, siempre esperan que se elija a un tecnócrata experimentado para esa cartera. Pero Ahmadineyad tiene su propia agenda. Iraj Nadimi, su consejero para Asuntos Parlamentarios, adelantó a la agencia oficial de noticias IRNA que el elegido es el hasta ahora titular de Comercio, Masud Mirkazemí.
El elegido para la cartera de Petróleo no tiene experiencia en el sector
Hasta donde se sabe, Mirkazemí, un ingeniero industrial de 49 años, carece de experiencia en el sector petrolero. Incluso si como señalaba ayer la web del diario Hamsharí "ha dirigido proyectos petroquímicos en el pasado", parece un currículo muy pobre para enfrentarse al reto de aumentar la producción de gas y petróleo en el actual clima de sanciones internacionales. La promoción de Mirkazemí parece una recompensa a su fidelidad al presidente. En esas circunstancias, no sería de extrañar que el Parlamento pusiera objeciones a su nombramiento, al igual que hizo en 2005 con los tres primeros candidatos que Ahmadineyad presentó para el mismo puesto.
Otro caso en el que ha primado la lealtad es al nombrar ministro de Defensa al actual responsable de Interior, Sadegh Mahsulí. Aunque se trata de un civil, Mahsulí tiene experiencia militar, ya que combatió en la guerra con Irak. Pero a decir de los analistas no es eso lo que más ha pesado en la decisión de Ahmadineyad, sino sus buenos servicios durante las recientes elecciones y su larga amistad.
Ambos fueron compañeros de universidad y se unieron juntos a la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico, donde el ahora presidente estuvo a las órdenes de Mahsulí. En 2003, éste le ayudó a conseguir la alcaldía de Teherán, la plataforma que le ayudó a llegar a la jefatura del Gobierno. Entonces, Ahmadineyad trató de pagarle con el Ministerio de Petróleo, pero se encontró con el rechazo del Parlamento. En 2008, logró sin embargo su aprobación para Interior.
"Cambiándole de cartera, le aleja de un ministerio que ahora está en el punto de mira de todas las críticas", apunta un observador. Anoche no se había confirmado si el general Mostaza Nayyar, que hasta ahora se ocupaba de Defensa, era el elegido para Interior, como rumoreaba la prensa local.
Ahmadineyad adelantó en la televisión estatal el pasado domingo el nombre de seis de sus ministros, entre ellos el nuevo titular de Seguridad (responsable de los servicios secretos). Heidar Moslehi es, como exige la costumbre, un clérigo, pero también un hombre de los Pasdarán, ya que ha servido como representante del líder supremo ante la milicia basiyí, la rama paramilitar de la Guardia Revolucionaria. Además, desde 2005 era consejero del presidente. Dado que estos tres puestos clave (Defensa, Interior y Seguridad) requieren el visto bueno del líder supremo antes de llegar al Parlamento, no es previsible que encuentren muchos obstáculos.
Sin embargo, aunque mantenga a los titulares de Exteriores, Economía e Industria y Minas, eso no garantiza su aprobación automática. De hecho, este último, Alí Akbar Mehrabian, se encuentra envuelto en una polémica por el presunto robo del diseño de una cámara antisísmica que intentó patentar a su nombre sin ser de su invención. Con anterioridad, otros dos ministros se vieron implicados en sendos escándalos por haber falsificado sus títulos de doctorado.
El diario Iran adelantó ayer el nombre de la tercera mujer que Ahmadineyad quiere incluir en su Gabinete. Si recibe la aprobación del Parlamento, Susan Keshavarz ocupará la cartera de Educación. Como en el caso de la ministra de Bienestar y Seguridad Social, Fatemeh Ayorlu, y de la titular de Sanidad, Marzieh Vahid Dastyerdí, se trata de una conservadora que difícilmente trabajará para acabar con la discriminación institucionalizada de la que se quejan las iraníes. Cuando era diputada, Dastyerdí llegó a proponer que se abrieran hospitales separados para hombres y mujeres, y evitar que éstas acudieran a doctores varones.
"Si los ministros propuestos no tienen la experiencia y el conocimiento necesarios, el Parlamento se mostrará severo con ellos", declaró el político conservador Parviz Sarvari. El debate sobre el nuevo Gabinete comenzará a finales de mes.
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