Un punto de inflexión con matices
Contra todo pronóstico, las principales economías del área euro han registrado tasas positivas de crecimiento en el segundo trimestre de 2009. La intensidad de la corrección en los primeros meses del año y el repunte de los registros más contemporáneos de confianza y producción vaticinaban un freno en el ritmo de contracción económica pero, en ningún caso, un escenario de crecimiento como el que han revelado hoy las cifras de PIB de Alemania y Francia.
El consenso de mercado preveía para ambas economías una caída trimestral del orden del 0,3%, muy inferior a la del primer trimestre de 2009, pero que, de confirmarse, hubiera supuesto cinco trimestres consecutivos de tasas negativas. Los datos oficiales, aunque en versión preliminar, se han saldado con crecimientos trimestrales del 0,3%, que, en el caso de Francia, la única economía para la que conocemos la descomposición del PIB, ha venido explicado por el consumo de las familias, el gasto público y la aportación del sector exterior. Habrá que esperar a finales de este mes para ver cuál es la radiografía del crecimiento en Alemania. A diferencia de la economía gala, no cabe esperar un apoyo significativo del consumo privado. Todo apunta a que serán la aportación del sector exterior y, sobre todo, el menor drenaje de los inventarios, los que justifiquen la recuperación.
El mejor comportamiento de estas dos economías ha permitido que el PIB del área euro cayese menos de lo esperado: tan sólo un 0,1% trimestral frente al 0,5% compatible con correcciones en Francia y Alemania.
Buenos datos después de un año de deterioro persistente de la actividad y que se alinean con el discurso de los principales bancos centrales en sus últimos consejos de gobierno. Los planes de estímulo económico y financiero han servido para desplazar el escenario de "caída libre" de la actividad, lo que aunado a la recuperación del ciclo de manufacturas y reconstrucción de inventarios, puede ejercer de soporte al crecimiento en el segundo semestre de 2009.
La distinción entre la formación de un suelo después de una fase recesiva del ciclo económico como la actual y el inicio de una fase de crecimiento sostenible y prolongado es ahora, más que nunca, crucial. La debilidad de los pilares de crecimiento en el área euro, y en la mayoría de economías desarrolladas, es todavía elevada. La persistencia del ajuste en el mercado laboral y sus repercusiones en las decisiones de gasto de los hogares, unido a la ausencia de señales de reactivación de la inversión empresarial, deben ser matizaciones obligatorias a estos buenos datos de actividad en el segundo trimestre del ejercicio.
La actividad económica está respondiendo a los estímulos, fiscales y monetarios, mientras que los canales de transmisión de crédito, aunque lejos de la normalización, han recuperado parte de la funcionalidad perdida tras la quiebra de Lehman Brothers. Evitada una segunda Gran Depresión, el siguiente objetivo pasa por un crecimiento sostenible y "autónomo" de la actividad.
Sara Baliña y Daniel Suárez son consultores de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
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