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La crisis refuerza La Blanca

Vitoria ha vivido sus fiestas "más participativas" en años - Miles de personas que han debido reducir sus vacaciones fuera se sumaron a todos los actos

La crisis ha reforzado las fiestas de La Blanca, por paradójico que parezca: miles de vitorianos que han debido apretarse el cinturón y dejar para más adelante el disfrute de unos días de vacaciones fuera de la ciudad se han sumado al habitual público de los festejos. Y junto a la crisis, el impulso que se ha dado a la difusión de las posibilidades turísticas de la capital de Euskadi, si se atiende a las cifras de ocupación hotelera de estos días. El alcalde, Patxi Lazcoz, pudo así recalcar ayer en su balance oficial que las fiestas recién concluidas "han sido las más participativas de los últimos años".

El primer edil se remitió a las cifras, desde la bajada del Celedón, en la que 50.000 personas abarrotaron la plaza de la Virgen Blanca y sus aledaños, hasta los fuegos artificiales, atracción cada noche de 40.000 almas, que se han convertido ya en uno de los espectáculos estrella del programa. Los ciudadanos han tomado la calle a todas horas del día, pese a que el clima no ha acompañado todos los días.

Los fuegos se consolidan como atracción, con 40.000 fieles diarios

Buen ejemplo de esta presencia continua ha sido el público que ha acudido a los conciertos de la Plaza de los Fueros. La Oreja de Van Gogh se lleva el primer puesto en audiencia, con 12.500 asistentes, pero el resto de las actuaciones no se quedan atrás: La Excepción atrajo a 11.000 personas, 10.000 acudieron a disfrutar con el rock'n'roll de Tequila, mientras que Celtas Cortos dejó la marca en 11.500 y el recital Gu Gira en homenaje a la canción de autor vasca tuvo 9.500 seguidores. En total, 54.500 asistentes, mientras que 42.000 han pasado por uno de los enclaves clásicos de La Blanca: la Plaza del Matxete, baluarte de la cultura euskaldun.

"La alegría, el jolgorio y el cachondeo han sido los protagonistas", comentó Patxi Lazcoz. Él mismo se puso como protagonista de esto último. El comentario que, a preguntas de un periodista, hizo el mismo día que comenzaron las fiestas de que quizás el alcalde también goce de las supuestas virtudes para ligar que tiene tocar a Celedón le ha llevado a padecer las bromas de ciudadanos que se acercaban "en busca del roce, sobre todo entrada la noche, quizás como último recurso para terminarla a la perfección", bromeó ayer el alcalde.

La tranquilidad con que han discurrido los días ha sido otra de las razones del "buen sabor de boca" que han dejado las fiestas. El primer edil apuntó una referencia: de los 411 controles de alcoholemia que practicaron las patrullas de la Policía Municipal, sólo 19 dieron positivo. "El empleo del transporte público ha sido clave, además de la concienciación ciudadana" sobre el peligro de conducir bebido. Si en 2008 se registraron 50 accidentes de tráfico, esta vez, con mayor afluencia de juerguistas, el número de siniestros se ha reducido a 37.

Capítulo aparte merece la tarde del 4 de agosto, que registra el mayor número de incidencias, sobre todo por las lesiones con las botellas de espumoso que se emplea en la bajada del Celedón. Los equipos sanitarios atendieron a 228 personas, el 90% por cortes de vidrio, aunque los más afectados han sido los cuatro alcanzados por corchazos en los ojos, "con traumatismos oculares muy graves". El alcalde volvió a abogar por abandonar esta práctica y "volver a tradiciones más sanas", en referencia al puro que hasta hace unos años acompañaba el comienzo de La Blanca.

Lazcoz alabó el trabajo de las cuadrillas de blusas y neskas, que comparte la presidenta de la comisión de festejos, Iratxe Irigoien, quien destacó el buen ambiente de estos días.

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