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Asurmendi liga el descenso de los alumnos de Religión a la violencia juvenil

El País

El obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, aprovechó ayer su homilía en la misa de la festividad de la Virgen Blanca para cargar duramente contra la reforma de la ley del Aborto que plantea el Gobierno central y el decreto de Educación que el anterior Ejecutivo vasco aprobó en febrero. A este decreto y los anteriores que establecen el caracter opcional de la asignatura de Religión y Moral Católica atribuyó el prelado el "descenso drástico" en el número de alumnos que cursan esta materia.

Asurmendi relacionó esta situación con el aumento de la violencia juvenil, el abuso de la droga y el alcohol, y del sexo sin control ni responsabilidad, informa Europa Press.

Estudiar Religión "constituye un medio válido fundamental para una correcta educación de los jóvenes", destacó el prelado, quien advirtió de que "si no se pone remedio", la asignatura "está abocada a desaparecer en la escuela pública y en las ikastolas" en pocos años.

Aborto y excomunión

En referencia a la votación de la nueva ley orgánica del aborto, que se verá en el Congreso en los próximos meses, Asurmendi pidió a la Virgen Blanca "que ilumine a nuestros representantes en el Parlamento del Estado para que este anteproyecto no sea aprobado". El aspecto "más sombrío" del actual anteproyecto, en opinión del prelado, es "su pretensión de calificar el aborto provocado como un derecho que habría de ser protegido por el Estado". Ello supone, abundó, "un claro signo de la crisis de conciencia y de moral en nuestra sociedad". "Quienes realizan un aborto y quienes colaboran en él quedan excomulgados", subrayó.

También pidió en el día grande las fiestas de la capital alavesa que la Virgen Blanza otorgue a la sociedad vasca y española "el don de superar la grave crisis de la conciencias que afecta al derecho a la vida, la educación religiosa y moral y al trabajo".

En cuanto a este último manifestó que "pese a que en el País Vasco hay una tasa de paro menor" a la del resto de España, "resulta descorazonador hablar con las familias en paro que acuden a Cáritas o a las parroquias del Casco Histórico [de Vitoria] para pedir un bocadillo como toda comida para el día". Cáritas de Álava anunció el pasado abril que había pasado a atender al triple de personas que hace un año y que había duplicado el presupuesto para este ejercicio. "Los fríos números de las estadísticas tiene sufrientes rostros humanos", apostilló el prelado.

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