La visita de Bill Clinton a Corea del Norte reabre el diálogo con Pyongyang
El ex presidente consigue la liberación de dos periodistas estadounidenses
El ex presidente estadounidense Bill Clinton se reunió ayer con el dictador norcoreano Kim Jong-il durante una insólita visita sorpresa a un país con el que la Administración de Barack Obama ha mantenido una relación tensa y alterada por una prueba nuclear efectuada por Pyongyang en mayo. Durante su visita, Clinton logró que el régimen liberara a dos periodistas estadounidenses que habían sido condenadas a 12 años de trabajos forzados por entrar ilegalmente en el país. A primera hora de la mañana de hoy (madrugada en España), el ex presidente emprendió viaje de regreso con las dos periodistas hacia Los Angeles, donde éstas residen.
Kim Jong-il, poco dado a aparecer en público, recibió a Clinton, se fotografió con él, le organizó una cena, le permitió reunirse con las dos periodistas y, finalmente, les concedió a ambas un "perdón especial", según informó la agencia estatal de noticias KCNA. Laura Ling y Euna Lee fueron detenidas por soldados norcoreanos en marzo, cuando grababan un documental sobre la trata de mujeres para la cadena de Al Gore, Current TV. Habían entrado en Corea del Norte sin visado.
Según el régimen norcoreano, Clinton llevó a Jong-il un mensaje de Obama
Este gesto ha llevado a los analistas políticos de Washington a pensar que Corea del Norte busca un nuevo comienzo en las relaciones con EE UU, después de unos meses en los que parecían apagarse las esperanzas de que la llegada de Obama significara un punto y aparte en las relaciones bilaterales. Según la televisión oficial del régimen, Central TV, los dos políticos "intercambiaron un amplio abanico de opiniones sobre asuntos de interés mutuo". Los medios estatales informaron, además, de que Clinton le entregó al líder norcoreano un mensaje verbal de Obama, algo que la Casa Blanca ha negado.
La sospecha de que Clinton podía ser un enviado no oficial de la Casa Blanca la refuerza el hecho de que le acompañara John Podesta, que fue su último jefe de gabinete, organizó la transición de poder para Obama el pasado enero y sigue siendo un asesor habitual del actual presidente. A ambos les recibió en el aeropuerto de Pyongyang el negociador jefe en asuntos nucleares, Kim Kye-gwan.
La esposa del ex presidente, Hillary Clinton, que ayer comenzó un viaje oficial a África, declinó opinar sobre la visita. La secretaria de Estado norteamericana no es la persona más popular del momento en Corea del Norte. A finales de julio creó una pequeña crisis diplomática al decir, en una visita a India, que los norcoreanos son "adolescentes rebeldes, gente que busca atención". Un portavoz del Ministerio de Exteriores norcoreano respondió: "Sus palabras sugieren que no es inteligente... A veces parece una niña de primaria y otras una pensionista que va a hacer la compra".
Ayer, con su marido, hubo más cordialidad. Clinton es un líder popular en el país asiático, el último presidente que envió a su secretaria de Estado, Madeleine Albright, a Pyongyang, en 2000. Aquel mismo año, el entonces presidente estuvo a punto de acudir en persona a reunirse con Kim Jong-il, tratando de cerrar un acuerdo para que el dictador aceptara desmantelar su arsenal de misiles. Al final la visita se canceló, ya que Pyongyang se resistía a cerrar un acuerdo definitivo.
Las relaciones, durante los ocho años de la Administración de George Bush, fueron ásperas. Kim Jong-il reinició su programa de enriquecimiento de plutonio y lanzó su primera prueba nuclear, en 2006. Bush se unió a una ronda de negociaciones con Corea del Sur, China, Japón y Rusia, tratando de llegar a un pacto para que Pyongyang aceptara renunciar a su programa nuclear. Finalmente, se llegó a un acuerdo y el ex presidente eliminó al país de la lista de países que apoyan el terrorismo.
Este año, con Obama, las relaciones volvieron a mínimos históricos. Kim Jong-il, de 67 años y con una salud muy deteriorada desde que sufriera un ataque cerebral hace un año, permitió un ensayo nuclear y diversos lanzamientos de misiles en pruebas. La embajadora de Obama en la ONU, Susan Rice, dijo el 12 de junio que "esos actos provocativos y temerarios tienen un coste, y Corea del Norte pagará un precio por sus actos".
Otras visitas
- Es la segunda vez que un ex presidente de EE UU viaja a Pyongyang para desactivar una crisis. El primero fue Jimmy Carter, que visitó al padre de Kim Jong-il, Kim Il-sung, en 1994, con Bill Clinton en la Casa Blanca, para hablar del programa nuclear norcoreano.
- La última vez que un alto cargo estadounidense viajó a Corea del Norte para negociar la liberación de ciudadanos de EE UU fue en los noventa. Bill Richardson, actual gobernador de Nuevo México, ayudó a liberar al piloto Bobby Hall en 1994. Dos años más tarde, negoció también la liberación de Evan Hunziker, acusado de espionaje.
LAS DOS REPORTERAS LIBERADAS
Euna Lee
- Periodista, se trasladó de Corea del Sur a Estados Unidos a mediados de los noventa para trabajar en la televisión, casi siempre tras las cámaras, como editora. Cuando fue detenida en marzo por el régimen norcoreano -y confinada junto a su compañera periodista Laura Ling en un campo de trabajo- estaba realizando su primer reportaje en el extranjero como enviada especial del canal Current TV. Euna Lee tiene 36 años, una hija de cuatro años y vive en Los Ángeles.
Laura Ling
- Periodista estadounidense de origen chino trabaja desde 2005 en Current TV, un canal de televisión dirigido a los jóvenes fundado por el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore. Ling, de 32 años, tiene su residencia en Los Ángeles y en los últimos años ha acumulado experiencia como reportera de temas internacionales. Ha viajado a varios puntos calientes del planeta, como Sri Lanka y Myanmar (antigua Birmania). Se crió en un barrio de Sacramento y estudió Comunicación en la Universidad de California.
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