"Es tarde para decir a Colón que no desembarque"

William Ospina, el escritor colombiano galardonado el domingo con el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, habría preferido ver los rostros de Juan de Castellanos o de Juan Fernández de Oviedo en lugar de los de Francisco Pizarro y Hernán Cortés en los billetes conmemorativos que imprimió España a propósito del 500º aniversario de la conquista de América. El gesto, dijo Ospina durante su discurso de aceptación del premio, fue la prueba de que "España seguía envanecida en sus triunfos guerreros, persistiendo en la leyenda insostenible de que fueron paladines de la civilización" y que esa soberbia le hizo olvidar a los "sabios y poetas" que aportaron a la conquista la carga humana que hizo posible el mestizaje: "España había hecho una obra de verdadera civilización, pero no lo sabía o no quería saberlo".

Para el escritor, la deuda histórica de Europa con el Nuevo Mundo ya fue saldada con la Independencia de las naciones americanas y el reto del futuro es lograr un diálogo entre ambos continentes en condiciones de igualdad. "Ya es bastante tarde para decirle a Colón que no desembarque", dijo. "No podemos considerar esa historia como un crimen. Después de cinco siglos, no quedan muchos nativos ni muchos europeos en nuestros países. Somos todos mestizos y nos ha tocado el curioso destino de deplorar la Conquista en la propia lengua que nos dejó la Conquista".

Un mestizo es el narrador de El país de la canela, la novela que hizo a Ospina merecedor del Rómulo Gallegos. Aunque la tradición indicaba que debía ser el presidente venezolano quien entregara el premio, la reorganización de su partido y una lesión muscular mantuvo ocupado a Hugo Chávez, que dedicó a Ospina unas líneas en la columna de opinión Las líneas de Chávez.