La líder uigur acusa a China de 10.000 desapariciones en Xinjiang
El Gobierno chino ha lanzado una intensa campaña diplomática contra Rebiya Kadeer, líder uigur en el exilio, similar a la que emplea con el Dalai Lama, jefe espiritual de los budistas tibetanos y cabeza del Gobierno tibetano en el exilio. El embajador japonés en Pekín ha sido convocado en el Ministerio de Exteriores para trasladarle "el gran descontento" de las autoridades chinas por haber autorizado la entrada de Kadeer en el país. "Es una criminal. ¿Cómo se sentiría el pueblo japonés si un crimen violento ocurriera en Japón y su cerebro fuera invitado por un tercer país?", dijo Cui Tiankai, embajador chino en Tokio. Takeo Kawamura, portavoz del Ejecutivo japonés, replicó que el viaje "ha sido organizado por grupos civiles, no es un acto del Gobierno". La líder uigur ha sido recibida, sin embargo, por miembros del Partido Democrático Liberal, en el poder. Pekín ha expresado también su malestar al Gobierno de Australia, donde Kadeer asistirá a la proyección de un documental sobre su vida.
El Gobierno chino afirma que en las revueltas de Xinjiang del mes pasado entre la minoría musulmana uigur y los chinos hanes, la etnia mayoritaria, murieron 197 personas, resultaron heridas más de 1.700 y detenidas más de 1.600, pero Kadeer aseguró ayer en Tokio que "10.000 uigures desaparecieron en Urumqi en una noche" y pidió una investigación de la ONU. "¿Dónde fueron? ¿Fueron asesinadas todas o enviadas a algún sitio?", exclamó con furia en el Club Nacional de Prensa de Japón. Kadeer, de 62 años, es presidenta del Congreso Mundial Uigur, organización con sede en EE UU, donde se exilió tras pasar seis años en la cárcel en China.
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