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El fuego de Ávila causa otro muerto y quema 3.000 hectáreas

Los medios de extinción del Gobierno están actuando en ocho provincias

Las muertes por culpa de un incendio forestal iniciado el sábado de un profesor del instituto de Arenas de San Pedro, el lunes, y de un operario, ayer, han convulsionado a la comarca del Bajo Tiétar, al sur de Ávila. Decenas de focos asolaron durante todo el día este paraje, en la parte meridional de la Sierra de Gredos, y evidenciaron que la situación permanece fuera de control. El capataz Juan Carlos Rodríguez Matabuena que fue aplastado por un bulldózer (un tractor oruga), era natural del municipio madrileño de Pelayos de la Presa, tenía 40 años y trabajaba para la empresa Trapsa. Se trata del segundo civil y del noveno miembro de los servicios de extinción de incendios fallecidos este verano en España.

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A falta de cifras oficiales, el alcalde de Arenas de San Pedro, Óscar Tapias, aseguró que eran ya 3.000 las hectáreas arrasadas por el fuego. Un número que multiplica por 10 las primeras cifras anunciadas por la Junta de Castilla y León, que esperaba controlar el fuego anoche o esta mañana. La estrategia del Gobierno autónomo pasaba por controlar el perímetro del incendio y "atacar el fuego que quede dentro". Ayer trabajaron en este incendio un total de 1.612 personas y 36 medios aéreos.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, acudió a Arenas de San Pedro a primera hora de la mañana para supervisar las tareas antiincendios. Desde esta localidad, que se ha convertido en el campo base de los 450 bomberos y miembros de Protección Civil, Chacón destacó que el fuego había sido provocado por "malnacidos que se dedican a incendiar vidas humanas".

A lo largo de la jornada, regresaron a sus viviendas los residentes de pequeños municipios como Mombertrán o Cuevas del Valle, evacuados anteayer por el humo. No obstante, el viento trasladó las llamas a Puerto Cabrillas y Puerto Centeneras y los bomberos trataban de evitar que se uniesen al foco ya existente en la falda del Puerto del Pico, con casi 1.500 metros de altura. A este lugar sólo podían adentrarse helicópteros, ya que los aviones no podían volar dada su complicada orografía.

Mientras, la población de El Arenal, Hornillos, La Parra o Villa de Mombeltrán se movilizó para ayudar. "En la tele sólo cuentan a los bomberos, pero no a los voluntarios", protestó una mujer, megáfono en mano, a la entrada del Consistorio de El Arenal. Los vecinos formaban retenes en las zonas ya arrasadas, donde vigilaban decenas de litros de agua para bomberos, voluntarios y vecinos.

"La Junta insiste en plantar pinos en el Bajo Tiétar, un árbol sucio que arde fácilmente. Aquí la naturaleza pide robles, castaños, fresnos e incluso madroños", protesta Faustino. "Se nos ha quemado el 60% de la jurisdicción", añade un voluntario, quien percibe como una desgracia la calcinación de castaños y cerezos, economía productiva de la zona. El parte diario de incendios en los que intervienen los medios estatales, los más graves, señalaba ayer que trabajaban en ocho provincias: Sevilla, Teruel, Zaragoza Ávila, Álava Cáceres, Baleares y Murcia.

En los últimos meses han sido detenidas 51 personas por provocar fuegos, según Interior. Las llamas obligaron a desalojar la localidad zaragozana de Jaulín (60 habitantes) y a 67 personas de dos cámpings de San Nicolás (Sevilla).

Miembros de un retén miran la descarga de un avión.
Miembros de un retén miran la descarga de un avión.CRISTÓBAL MANUEL

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