"La seguridad quedará 'niquelada"

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, titubeó sobre cómo terminar la frase: "Con esta inversión, la seguridad en Madrid va a quedar...". La que no dudó en completarla fue la presidenta regional: "Niquelada". Risas y algún aplauso de los presentes. Fue el ambiente que se vivió durante las cerca de dos horas que estuvieron juntos ayer Rubalcaba y Aguirre en la sede de la Puerta del Sol. El motivo, la firma de tres convenios entre ambas instituciones. Pero no hubo sólo buenas palabras. La titular del Ejecutivo regional se puso el traje de pedir y solicitó más policías y guardias civiles para la región, y que Interior ceda cuanto antes los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel para construir un hospital.

Aguirre reclama los terrenos de la antigua prisión de Carabanchel

El primero de los convenios recoge que la Comunidad de Madrid contará con una unidad adscrita del Cuerpo Nacional de Policía. La formarán 80 agentes encargados de la vigilancia de los edificios y de escoltas para los altos cargos del Gobierno regional.

Sin embargo, uno de los convenios más importantes es la inyección de capital de 60 millones de euros en tres años que invertirán a partes iguales Interior y el Gobierno regional para construir, acondicionar y reformar comisarías y cuarteles de la Guardia Civil. El listado definitivo de estos edificios no está cerrado: en septiembre se tiene que reunir una comisión técnica que estudie los casos más urgentes, según fuentes de la Comunidad de Madrid.

"Esta inversión se une a los 32 millones de euros del Plan E [inversiones sufragadas por el Gobierno central] y los 40 millones que ha destinado el propio ministerio, lo que supone el mejor año de inversiones en materia de seguridad en Madrid", explicó Rubalcaba.

El último convenio firmado afecta a la población reclusa de Madrid (9.250 presos en la actualidad). Hasta la fecha, la Guardia Civil trasladaba a los reos hasta un hospital cuando sufrían alguna dolencia importante. Esto suponía que un furgón del instituto armado con dos agentes tenía que desplazarse decenas de kilómetros para que el preso recibiera asistencia sanitaria especializada. A partir de ahora, la Consejería de Sanidad se compromete a instalar sistemas de videoconferencia en las cárceles. De esta forma, los médicos podrán diagnosticar a los enfermos. También las dotarán con los mismos medios que un centro de salud de especialidades. Además, serán los médicos los que se desplacen a los centros penitenciarios.

"La Guardia Civil está muy contenta con este acuerdo porque se evitará mucho personal en traslados. Además, los reclusos recibirán el mismo tratamiento hospitalario que cualquier otro ciudadano de la comunidad", resumió el ministro.

El buen ambiente de toda la reunión se mantuvo incluso cuando la presidenta regional hizo dos solicitudes al ministro. "Yo voy a hacer como hacen los alcaldes conmigo. Ahora ha llegado el momento de pedir". La primera solicitud fue que se destinen más policías nacionales y guardias civiles a la región. Esperanza Aguirre mantuvo que la población ha crecido 1,1 millones de personas en los últimos años, mientras que se ha mantenido el número de agentes. Esto ha hecho disminuir, según la presidenta, la ratio. Rubalcaba aceptó la petición, pero recordó que desde 2003 ha crecido la plantilla en 4.000 funcionarios.

Donde se puso algo más seria Aguirre fue con los terrenos de la cárcel de Carabanchel. Hace ya un año que fue demolido el edificio y el Gobierno regional no ha recibido la parte del solar que había destinado a levantar un hospital.

"Es una promesa electoral que llevábamos todos los partidos en los programas. Ha pasado media legislatura y a este paso no nos da tiempo a hacerlo", reconoció la presidenta, quien lanzó una orden directa a su consejero de Sanidad, Juan José Güemes, presente en la firma: "Juanjo, ponte con el tema".

El fin de la reunión lo marcó el Cumpleaños feliz que le cantó la presidenta al ministro, que ayer cumplía 58 años. La tarta llevaba una llamativa vela de una interrogación.