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Alcalá 'estrena' parador en un colegio del XVII

El presidente Zapatero inaugura un hotel que lleva casi un año en funcionamiento

La inauguración de un parador en un antiguo colegio dominico del siglo XVII completamente rehabilitado llevó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a Alcalá de Henares. El nuevo establecimiento, que lleva casi un año abierto (desde septiembre de 2008), está dotado de placas solares, ventilación natural y sistemas de ahorro energético, y en él trabajan 80 profesionales de la hostelería que atienden 128 habitaciones, 23 de ellas especiales. El precio de la habitación varía entre 110 y 225 euros por noche. El parador, el segundo de Madrid con el de Chinchón, puede acoger hasta 400 congresistas y dista 20 minutos del aeropuerto de Barajas. Se encuentra en un entorno cultural e histórico como el de Alcalá de Henares, patria de Miguel de Cervantes y de Manuel Azaña, que Zapatero evocó.

El establecimiento tiene placas solares y sistemas de ahorro energético
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Revitalizar el pasado

Durante la inauguración, los actores Juan Echanove y Leonor Watling interpretaron un entremés audiovisual -luego presencial- muy celebrado por sus jugosos diálogos, que vinculaba el pasado cervantino de Alcalá con el presente explícito en la comodidad hostelera del parador. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, recordó su profesión vinculada al turismo antes de dedicarse a la política -es sobrina de Ignacio Aguirre, ex secretario de Estado del ramo-; Miguel Sebastián, ministro de Industria, resaltó la apuesta de su departamento por los 93 paradores como el alcalaíno, glosado también por el alcalde complutense Bartolomé González (PP).

El centro hotelero inaugurado ayer "quiere situarse en la vanguardia de la tradición", según José Valdarcos, responsable de restauración del nuevo parador y de la contigua Hostería del Estudiante -perteneciente a la red de paradores desde 1929-, que incluyen en sus menús "la gastronomía cervantina más refinada", aseguró.

El flamante establecimiento se encuentra en la calle de los Colegios. Ocupa un edificio construido en 1603 con iglesia, colegio y convento de la orden dominicana y conserva trazas semejantes a las aplicadas por Galeazzo Alessi (1512-1572) en algunos templos italianos de Perugia. En la guerra de la Independencia, los frailes abandonaron el colegio, llamado de Santo Tomás, aunque lo arrendaron por 4.000 reales al general francés Lacoste. Al regresar los frailes en 1816, estaba ocupado por zapadores; sus ajuares artísticos habían desaparecido.

Desamortizado en 1836, el edificio fue cuartel hasta 1853, cuando se transformó en prisión. En ella estuvo encarcelado el millonario Juan March -con mayordomo incluido- y, años después, Eleuterio Sánchez, El Lute. En 1973, un incendio provocó 14 muertes. "Recuerdo que mi padre, guardia civil destinado en la prisión, y otros compañeros suyos, desde un camión trenzaron unas sogas e intentaron arrancar las rejas del taller donde estaban los reclusos", cuenta J. Vicente Pérez, historiador y vecino.

La pieza más destacada del edificio, que incluía un templo ahora convertido en spa, es una escalera monumental de tres tiros. Posee con un patio claustral de piedra berroqueña -"inusual en Alcalá, donde sobreabunda el ladrillo", dice Pérez- que ayer Andreas Prittwitz y su grupo inundaron de su espléndida música jazz cervantina.

La arquitectura y la decoración del parador, con elementos estilísticos muy diferentes, se integran en armonía.

Pantalla sobre el jardín aterrazado, bajo el que se encuentran las habitaciones del parador.
Pantalla sobre el jardín aterrazado, bajo el que se encuentran las habitaciones del parador.SAMUEL SÁNCHEZ

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