"¡Compañera, no estás sola!"

Al grito de "¡compañera, no estás sola!", más de doscientas enfermeras, auxiliares y personal médico se concentraron ayer ante la puerta del hospital Gregorio Marañón en defensa de la joven enfermera que, según los convocantes, fue acusada de "forma temeraria" por la muerte del pequeño Ryan. La manifestación, apoyada por todos los sindicatos a excepción del SIME (Sindicato Profesional de Médicos de Madrid), pidió la rectificación y dimisión del gerente del hospital, Antonio Barba, por las declaraciones en las que, tras la muerte del bebé, calificó de "terrorífico error" la actuación de la enfermera.

Sin poder reprimir las lágrimas, a muchas enfermeras les costaba hablar. "Todos tienen culpa", decía una de ellas mientras se enjugaba el ojo. "Le podría haber pasado a cualquiera", y no pudo decir más. "Los terroristas son presuntos y a ella ya la han juzgado sin juicio ni investigación", exclamaba una de las veteranas protestando por el tratamiento de los medios.

Tras un minuto de silencio para mostrar "la solidaridad y el respeto por la familia de Ryan", un sentido y fuerte aplauso dio paso a la lectura de un comunicado por el delegado de UGT del hospital, Miguel Ángel Bodeguero, en el que acusó a Barba de "culpabilizar a la enfermera para cubrirse las espaldas".

Las enfermeras, con pegatinas al pecho que rezaban "yo también soy la enfermera de Ryan", recordaban que llevaban tiempo reclamando por la falta de personal. "Éste no ha sido el primer error, lo que pasa es que los otros no se saben", comentaban dos auxiliares que "por precaución" no quisieron dar su nombre.