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Una huelga agrava el impacto de la crisis en el puerto de Valencia

Los trabajadores cierran la mayor terminal, que recibe 1.300 camiones al día

Ignacio Zafra

Ningún camión entraba ni salía ayer de la mayor terminal del puerto de Valencia, la de Marítima Valenciana, por cuyas grúas pasa el 50% del tráfico de contenedores. Los trabajadores fueron a la huelga en protesta por lo que consideran repetidas violaciones de derechos laborales por parte de la empresa, propiedad desde hace 10 años del grupo ACS-Dragados. A media mañana la larga recta que da acceso a la términal pública de contenedores, por donde circulan a diario 1.300 camiones, parecía un desierto alterado de vez en cuando por algún turismo o alguna furgoneta.

-Traigo un paquete para Marítima Valenciana... ¿Entro o me voy? Decidme que me vaya y doy media vuelta...

-Pasa, hombre.

El tráfico, ya afectado por la recesión, cae un 50% a causa del paro

Y el repartidor precavido pasaba a dos por hora por delante del piquete que formaban medio centenar de personas a las puertas de la terminal, bajo un sol de justicia.

Un portavoz de la autoridad portuaria aseguró que la huelga había reducido el tráfico de contenedores a la mitad, pero que no lo había paralizado al 75% como decían los huelguistas. Hubo una época en que Marítima Valenciana, que se instaló en el puerto en 1971, gestionaba tres de cada cuatro contenedores. Pero esa hegemonía se ha ido reduciendo por la actividad de la terminal polivalente TCV, que maneja en torno al 17% del tráfico, y de la terminal de Mediterranean Shipping Company (MSC), que absorbe el 30%, según el portavoz.

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La huelga llegó al día siguiente de la Virgen del Carmen, festivo en el puerto. Y llegó, sobre todo, después de muchos meses de crisis global que han hecho caer el tráfico de contenedores TEUS de importación y exportación un 10,4% entre enero y mayo respecto a los primeros cinco meses de 2008.

La Autoridad Portuaria señaló que la actividad perdida por el paro de ayer sería compensado con un aumento del ritmo de trabajo en los próximos días. Y que la caída del negocio de la importación y la exportación está siendo amortiguada por el aumento del tráfico en tránsito -los contenedores son descargados de un barco y cargados en otro sin salir del muelle-. Un incremento que no consuela al transporte terrestre pero que según el puerto sirve para mantener el pulso y fidelizar clientes.

La huelga de Marítima fue seguida por un 70% de los 260 empleados, y por un 90% de los trabajadores terrestres (que coordinan la estiba), según el presidente del comité de empresa, Fernando Gabarda, de UGT. La gota que colmó el vaso, afirmó, fue el despido, hace un mes, de Lorenzo López, jefe de turno, supuestamente por motivos disciplinarios. Pero el mar de fondo lo forman las 530 denuncias presentadas por los empleados contra la empresa en los últimos cuatro años tras décadas de relativa calma laboral, añadió. La empresa declinó hacer valoraciones.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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