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"Vaciar un cauce hace desaparecer el ecosistema"

El vaciado de un tramo de un río, por pequeño que sea, supone "un impacto medioambiental absoluto" que hace "desaparecer el ecosistema", según Fernando Cobo, doctor en Biología, profesor de la Universidad de Santiago y director de la estación de hidrobiología Encoro do Con de Pontevedra. "Es un cortocircuito del río en toda regla, en donde todo ser vivo pierde continuidad, aunque intentarán recuperarlo después", añade mostrando su sorpresa por la justificación que dan las administraciones al secado del Sil.

Cobo explica que "el río, al fluir, arrastra no sólo peces, sino cantidad de otras materias" que Iberdrola no ha recogido cómo hizo con los peces para verter de nuevo al cauce. "El daño ya está hecho", sostiene, sin atreverse a valorarlo, ya que el río tardará en recuperarse en función de diversos factores. "Posiblemente" la empresa no pueda ejecutar la obra de otra forma, afirma, "aunque en ese caso quizá lo mejor habría sido no hacerla".

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No tiene sentido, según él, preservar los peces para reincorporarlos después. "¿Pero qué comen los peces?", inquiere. "No son ni el 1% de la cadena trófica de un río; hay al menos 400 especies de invertebrados o insectos que pueden estar en ese tramo" y que son los que sostienen a la población de peces.

Respecto a la posible afección de la flora, advierte que los embalses carecen de ella porque la destruyen: "La luz no llega al fondo". En todo caso, vaciar un río, explica, "es como si por una infección en una uña amputamos los dedos con el pretexto de que después los reimplantaremos: un absurdo".

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