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Iberdrola secó el Sil "por seguridad medioambiental", dice el ministerio

La Xunta deja actuar a la eléctrica aduciendo falta de competencias

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino avala el vaciado de un tramo de un kilómetro del río Sil por Iberdrola. La compañía eléctrica secó durante varios días el río para realizar trabajos de sedimentación necesarios para construir una nueva central, ampliación subterránea de la de Santo Estevo I, con la que obtener mayor producción energética. Lejos de temer por el impacto ecológico, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil sostiene que Iberdrola secó el río por "seguridad medioambiental".

Mientras el ministerio respalda la actuación, la Xunta deja manos libres a la eléctrica aduciendo ausencia de competencias en materia de regulación de las cuencas hidrográficas, pese a que las posee en inspección medioambiental y en conservación de la naturaleza. El nuevo Ejecutivo gallego tiene estas competencias dispersas, de forma que la conservación de la naturaleza no depende de Medio Ambiente, sino de Medio Rural, que asegura que aprobará antes de fin de año, "dentro del plazo legal", la regulación del uso de los Lugares de Interés Comunitario (LIC) como el del Canón do Sil, en el que actúa Iberdrola.

Las obras en el río han sido censuradas por ecologistas, BNG y PSdeG
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"Vaciar un cauce hace desaparecer el ecosistema"

Frente al beneplácito de todas las instituciones a Iberdrola, el vaciado del río ha sido contestado por técnicos independientes, grupos ecologistas y por BNG y PSdeG. Ayer, el líder del PSOE gallego y conselleiro de Medio Ambiente cuando se aprobó la obra, Manuel Vázquez, alertó sobre el impacto del vaciado en la flora y fauna del río y pidió medidas de protección.

Vázquez tuvo que reconocer que el departamento que dirigía conocía la proyección de la obra y sus detalles de ampliación, pero aseguró que "en ningún momento se hablaba de interrumpir el cauce", sólo de "tunelar una parte". El organismo de cuenca puso en entredicho sus declaraciones.

Los técnicos del ministerio se aferran a una alegación presentada por la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), que demandaba una actuación entre el muro de Santo Estevo I y la salida de agua de la nueva central para que la fauna piscícola pudiera remontar de nuevos los ríos Miño y Sil, para dar por hecho que implícitamente el proyecto contemplaba secar el río.

Dado que la nueva central es subterránea, el vaciado era la "única forma" de garantizar la calidad del agua. El técnico de la confederación Agustín Sevilla señala que si se retiraran los sedimentos con la corriente de agua, "ésta quedaría enturbiada" y afectaría a la fauna. La confederación también contradice a Vázquez respecto a la afección en la flora. "Los pantanos no tienen vegetación", precisan.

Por su parte, Iberdrola sostiene, contra las evidencias, que "no se ha secado nada". "Se bajó el nivel del río al 30% y ya está todo solucionado" sin daños en la flora y fauna. Una empresa externa se ocupó de los peces y "siguieron el cauce del río algunos, y los que no, fueron trasladados de nuevo", informa Belén Kayser.

El BNG espera al lunes para reclamar la actuación de la Fiscalía y las agrupaciones ecologistas protestan por la interpretación "torticera" del Ministerio respecto a la ausencia de alegaciones. Tanto Adega como Ríos con Vida sostienen que las hubo y reprueban el apoyo de las instituciones a una empresa que comenzó las obras "clandestinamente", sin licencia municipal. "Volveremos a pagar multa de Europa por esto: un subsidio encubierto a Iberdrola de todos los españoles", señala el portavoz de Ríos con Vida, Pedro Brufao.

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