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El Banco de España alivia al sector al reducir las provisiones obligatorias

Se reducen un 50% las dotaciones de la morosidad de las hipotecas de buena calidad - Por contra, se gravan más los créditos al consumo fallidos

Íñigo de Barrón

La contabilidad se puede graduar y permite dar o quitar tiempo de vida a las entidades. En este caso, el Banco de España ha decidido rebajar la presión sobre bancos y cajas ante la dureza de la crisis y las malas perspectivas de futuro. En una carta enviada el lunes a las patronales del sector, el organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez comunicó las nuevas reglas sobre provisiones que serán un 50% más bajas de media que las actuales, en el caso de las buenas hipotecas. No era todo lo que ha pedido el sector durante meses (sobre todo las cajas), pero sí supone aflojar una cuerda que empezaba a ahogar a muchas entidades.

En cambio, en un gesto salomónico muy típico del supervisor español, ha decidido incrementar las dotaciones por la morosidad de los créditos al consumo. Es decir, el Banco de España considera que pueden crecer los impagos en los préstamos para muebles, electrodomésticos, viajes y coches y pide más refuerzos a las entidades que entren en este negocio más arriesgado porque la garantía se deprecia con rapidez.

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Técnicamente, el Banco de España permitirá, a partir de ahora, que cuando un crédito, concedido por debajo del 80% del valor de tasación, sea moroso por más de dos años, no se deberá provisionar el 100% de lo que falta por pagar, como ocurría hasta ahora. Es decir, se entendía que el valor residual del piso era cero, algo exagerado, como ha reconocido el propio supervisor. Con la nueva normativa, se reconocerá que, pese a las crisis, la vivienda siempre conserva el 70% de su valor residual (la diferencia entre el precio de compra y las cantidades abonadas al banco) por lo que se reducen las exigencias de provisiones ante los morosos.

Las entidades han enviado series históricas de las distintas crisis que ha vivido España, en las que según ellas, se demostraba que la vivienda no ha bajado nunca de ese 70%. Fuentes del mercado apuntan que se corta el "efecto arrastre" de la morosidad, que ahora cumple dos años. Tras los cambios, el Banco de España considera que queda un sistema de provisiones adecuado que mantiene los altos niveles de exigencia y de garantías.

La normativa que se suaviza ahora proviene de 2004 y fue un intento baldío de frenar la locura inmobiliaria en la que se habían metido bancos y cajas. Hasta ahora el sector ha dotado 26.000 millones en provisiones genéricas (que son el colchón para la morosidad futura) y 19.000 millones en específicas (las que responden a créditos fallidos). Bancos y cajas se han quejado en muchas ocasiones de tener que provisionar más que sus competidores europeos por los créditos morosos.

Sin embargo, este cambio regulatorio no afectará a lo que se considera crédito dudoso, que tiene un calendario creciente a partir de los tres meses de impago. La tasa de morosidad está situada en el 4,5% del total, aunque las cajas esperan cerrar el ejercicio en el 6%.

Por otro lado, el Banco de España nombró ayer director general del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a Julián Atienza, en la primera reunión de la Comisión Rectora. El Banco de España ha propuesto a cinco de los ocho integrantes del FROB, y el resto son de los Fondos de Garantía de Depósitos de cajas, bancos y cooperativas. Roberto Higuera, ex consejero delegado del Popular, representa a los bancos.

Además, Luis Ángel Rojo, ideólogo de la norma que obliga a los bancos a acumular reservas en épocas de bonanza para cubrir pérdidas futuras (provisiones anticíclicas), advirtió ayer a los reguladores extranjeros de que aunque adopten el modelo, no acabarán con los excesos de los banqueros. "Los bancos españoles hicieron todo tipo de disparates, aun con este modelo", dijo a Bloomberg en una entrevista. Rojo fue gobernador del Banco de España entre 1992 y 2000 y consejero del Santander desde 2005. Roja lamenta que Europa no les escuchara cuando les contaron las bondades de este sistema, que ahora quieren imponer.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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