Los actores del futuro veranean en la Universitaria
Teatro por los cuatro costados para los 200 jóvenes del campus Buero
A Adrián Pérez no se le cae la palabra alucinante de la boca. Son alucinantes los talleres, es alucinante el ambiente con el resto de participantes y, sobre todo, fue alucinante actuar en el María Guerrero. "Sólo ver el cartel de nuestra obra en la puerta fue fantástico... Allí sólo actúan los grandes", alucina con los ojos muy abiertos este madrileño de 17 años. Su grupo de teatro del colegio concertado La Inmaculada-Marillac, de Chamberí, ha participado como finalista en el campus de la VI Edición de los Premios Buero de Teatro que se ha celebrado esta semana en el colegio mayor Aquinas.
En el festival, el más importante de España a escala académica -patrocinado por la Fundación Coca-Cola y que cuenta con el apoyo de los ministerios de Cultura y Educación-, han competido 200 grupos de colegios e institutos de todo el país. En el jurado, presidido por la viuda de Antonio Buero, hay autores como Ignacio García May, directores como Javier García Yagüe y actores del nivel de Emilio Gutiérrez Caba. Muchos serán algún día actores.
Hoy se celebra un pasacalles entre Neptuno y la plaza del Reina Sofía
"Hay que luchar por lo que más quieres en la vida", dice María Heredia
Así se ven ellos, en el teatro o en televisión, y así lo nota también el director técnico del certamen, Robert Muro: "Hay algunos actores con luz propia en escena, que serán profesionales pasado mañana". Como premio, los tres finalistas de centros escolares (el colegio madrileño de Adrián, un instituto barcelonés y otro de Logroño) y un grupo cultural de Menorca han participado gratis en el campus y van esta tarde al Festival de Teatro Clásico de Almagro. El ganador final se sabrá hoy, y antes, a las once de la mañana, los participantes desfilarán desde la plaza de Neptuno al Reina Sofía, donde harán una performance que han ensayado esta semana.
"El teatro genera buena energía". Lo dice Robert Muro y se respira en el jardín del colegio mayor Aquinas. A lo lejos se oyen los tambores del taller de percusión mientras un grupo de actores con narices de payaso simula una pelea a cámara lenta y otros aprenden caracterización y maquillaje. "¡Plas!", "Arggg"... Los gritos se suceden en la pelea de los clowns, que aprenden de sus profesores el control del movimiento y el contacto con el público. Desde el lunes, 450 jóvenes de entre 14 y 21 años, más 50 directores, han respirado teatro 24 horas al día: clases de mañana, y por la tarde, en el María Guerrero, las representaciones finalistas.
Pese a su juventud, la mayoría lleva muchos años sobre las tablas. "Toda la vida", contesta tajante a sus 18 años Miquela Amengual, del grupo Teatre de Manacor minutos antes de su Cyrano de Bergerac, que, en catalán, emocionó al patio de butacas. Los actores también estaban emocionados antes de subir al escenario del María Guerrero, el mismo en el que hasta hace algo más de un mes Gerardo Vera dirigía Platonov. "Impone mucho respeto", confiesa Joan Antoni Sunyer en el camerino. A sus 21 años, tiene claro que su futuro está en el teatro, al que es aficionado desde los seis. "El campus ayuda a seguir aprendiendo y compartir experiencias con gente con mi misma pasión". Pasión es lo que emana María Heredia, de 16 años. "Voy a luchar por dedicarme a esto, es lo que más quiero en la vida". Hace un año se trasladó desde Molina de Aragón a Zaragoza para cursar el Bachillerato de artes escénicas. Y participa en tantos grupos como le da tiempo, con ensayos a diario. "Hay que hacer sacrificios, pero en el escenario merece la pena". Y con pasión también se refiere al campus Buero. "Es increíble, aprendes a cada momento: de los compañeros, los profesores, en las representaciones...".
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