Víctor Bravo recibió 1,4 millones de la sociedad a la que ayudó a defraudar
La Fiscalía le acusa de 5 delitos contra la Hacienda, cohecho y prevaricación
Víctor Bravo, ex director de la Hacienda de Guipúzcoa y ex senador del PNV, vuelve a estar bajo sospecha. La justicia le ha puesto cerco por su presunta participación como pieza clave en un entramado societario que permitió a un grupo empresarial eludir impuestos y recibir beneficios fiscales de forma ilícita mientras él era precisamente el máximo responsable del fisco guipuzcoano. Bravo recibió 1,4 millones de euros en acciones de la empresa catalana Glass Costa Este Salou S.L., a cambio de colaborar activamente en que dicha firma falseara su domicilio fiscal para disfrutar ilegalmente de una tributación más ventajosa.
Una investigación abierta por la Agencia Tributaria del Estado ha servido como soporte de la denuncia que ha presentado la Fiscalía de Guipúzcoa contra Bravo, a quien imputa cinco delitos contra la Hacienda pública, dos de cohecho, uno de prevaricación y otro de omisión del deber de perseguir delitos. Entre los denunciados también figura Rufino Eizagirre Olcoz, que fue depuesto como jefe de la oficina técnica del gabinete del diputado general en 2007 tras descubrirse sus relaciones con José María Bravo, el cerebro del caso de la Hacienda de Irún, y hermano de Víctor.
El fiscal solicita una fianza de 2,9 millones a los seis imputados
El resto de imputados son Arantza Arbelaitz, esposa de Bravo y presidenta del Tribunal Económico-Administrativo de la Hacienda foral cuando se produjeron los hechos; el máximo responsable de Glass Costa Este, el empresario Fernando González Enfedaque, y su esposa, Yolanda Zuinaga Gorostiza. El sexto imputado es Jesús Jiménez Oruna, administrador del despacho donostiarra de asesores Alt Norte S.L.
En su escrito de denuncia, el fiscal cifra en 2.158.747 euros los perjuicios económicos causados a la Hacienda estatal por Glass Costa Este Salou. Bravo, que dirigió la Hacienda foral entre 1991 y 2003, y Eizagirre adquirieron en noviembre de 2001 el 7,1% de las acciones de esta empresa sin hacer aportación dineraria ninguna. El patrimonio contable de la misma era de 20 millones, aunque su valor en el mercado era "muy superior", según la Hacienda guipuzcoana.
Bravo y Eizagirre se valieron de sus altos cargos en la Diputación para que Glass Costa Este Salou, radicada en Tarragona y dedicada a la explotación inmobiliaria y la tenencia de hoteles, simulara tener su domicilio social en Guipúzcoa, donde carece de toda actividad, con el fin de acogerse a "cuantiosos beneficios fiscales" recogidos en el régimen fiscal especial de Sociedades de Promoción de Empresas de Guipúzcoa, inexistente en la normativa del territorio común.
El empresario Enfedaque y su esposa, máximos accionistas de esa sociedad, contactaron con Bravo, Eizagirre y Jiménez Osuna, administrador de Alt Norte, para falsear el domicilio fiscal en San Sebastián. En la denuncia se cita a Alt Norte como "un auténtico nicho de empresas en el que han estado domiciliadas, al menos, otras 81 sociedades mercantiles". Los imputados fijaron la residencia de Glass Costa Este Salou en tres direcciones diferentes de San Sebastián que resultaron ser, todas ellas, un engaño.
Además, Bravo y su mujer intervinieron directamente para que Enfedaque y su esposa simularan residir en sendas viviendas del Paseo de Berio y el Camino de Agerre. Se da la paradoja de que ambas son propiedad del ex director de Hacienda y su esposa.
Tras estas argucias, Bravo y Eizagirre dictaron en febrero de 2002, con la intención de "favorecer" a la empresa, una orden foral que le permitió acogerse fraudulentamente a ventajas fiscales de la normativa tributaria vasca que no tienen correlato en la estatal. La Fiscalía solicita a los seis imputados una fianza de 2,9 millones.
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