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Rajoy elude reaccionar pese a que ya tiene las pruebas contra Bárcenas

La dirección cancela por tercera vez la comparecencia de Cospedal y se va a Segovia

Carlos E. Cué

El Partido Popular trabaja como si no existiera el caso Gürtel. Mariano Rajoy dijo la semana pasada que necesitaba "alguna prueba" para decidir qué hacer con su tesorero, Luis Bárcenas, encausado por delito fiscal y cohecho como supuesto receptor de casi un millón de euros de la red corrupta de Francisco Correa. Según confirman varias fuentes de la dirección, esas pruebas, esto es, los documentos tanto de la Fiscalía Anticorrupción como del juez Antonio Pedreira que aportan todo tipo de detalles para implicar a Bárcenas, y que el Tribunal Supremo ha dado de momento por buenos, están ya en poder del PP.

Tanto el senador Bárcenas como el diputado Jesús Merino, el otro aforado implicado, como Federico Trillo, responsable de Justicia y principal estratega de la defensa del PP en el caso Gürtel, poseen desde el jueves todos los informes con las pruebas que les incriminan.

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Los documentos sobre el safari de superlujo a Suráfrica que Correa supuestamente pagó a Bárcenas; las 27 anotaciones de pagos que los investigadores atribuyen al tesorero; las declaraciones de diversos imputados que lo implican; los documentos que prueban la red de facturas falsas de una constructora del AVE que también, supuestamente, habría pagado a Bárcenas en la época en que su amigo Francisco Álvarez-Cascos era ministro de Fomento, están en la sede central del PP en la calle Génova.

Las mismas fuentes no han aclarado si Rajoy ha pedido los papeles, aunque sí que Trillo los ha estudiado con detalle. Sin embargo, y a pesar de que ya tiene todas las evidencias, el PP no quiere decir absolutamente nada sobre las graves acusaciones que pesan sobre su tesorero. Rajoy no concede una rueda de prensa desde hace casi dos meses. Y en los actos públicos, cuando los periodistas tratan de preguntarle, los esquiva.

Eso es algo habitual cuando hay asuntos polémicos, pero lo que no es tan frecuente es que María Dolores de Cospedal, la secretaria general, suspenda por tercera vez consecutiva la tradicional rueda de prensa de los lunes. Ocurrió de nuevo ayer, cuando Rajoy decidió llevarse al Comité de Dirección, la cúpula marianista, a un retiro en el Parador de La Granja (Segovia) para preparar la estrategia después de la victoria en las elecciones europeas.

Tampoco allí hubo declaraciones ni respuestas de ningún tipo a preguntas sobre el caso Gürtel. Javier Arenas, líder del PP andaluz, esquivó la cuestión: "De eso no voy a hablar esta mañana", dijo al llegar a La Granja. "Vamos a hablar de las cuestiones que preocupan de verdad a los españoles", concluyó.

También José María Aznar, en Navacerrada, donde inauguraba el Campus FAES, rechazó cualquier pregunta sobre el caso, a pesar de que afecta a varios amigos suyos -Correa fue testigo en la boda de su hija Ana con Alejandro Agag- y a casi toda la estructura de organización de la época en la que él dirigía el PP.

En público, el mutismo es total, pero en privado, varios dirigentes reconocen que en el partido crece la preocupación ante la evidencia de que el caso Gürtel sigue su curso judicial y puede afectar a más dirigentes importantes. De hecho, la información publicada ayer en EL PAÍS, según la cual Hacienda ha encontrado una red de facturas falsas y empresas fantasma vinculadas a una constructora del AVE que hizo supuestos pagos millonarios a Bárcenas mientras era ministro de Fomento su amigo Álvarez-Cascos, generó una gran inquietud interna porque, según varios dirigentes, podría abrir la vía para investigar una posible financiación ilegal del partido, lo que más teme Rajoy.

Mayor "entiende bien" que Basagoiti diga que él dimitiría

Sólo Jaime Mayor, el veterano candidato a las europeas, único de los no estrictamente fieles a Mariano Rajoy que estaba convocado ayer a la reunión en el Parador de La Granja (Segovia), hizo un breve comentario sobre el caso Gürtel a la entrada de la reunión. Los periodistas le preguntaron sobre la entrevista que ayer concedió a EL PAÍS Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, en la que decía: "Si yo fuese Bárcenas, dimitiría". Mayor contestó tajante: "Me parece absolutamente respetuoso. Le entiendo muy bien y son las declaraciones del señor Basagoiti y nada más".

Se trata de una señal más del ambiente interno del partido, ya que la mayoría de los dirigentes explica en privado que creen que Bárcenas debería haber dimitido hace tiempo para no hacer daño al PP y a Rajoy. El problema, dicen, es que el líder no le va a presionar, quiere que sea él quien lo decida o esperar a que lo imputen. Pero los mensajes son constantes. De hecho, Esteban González Pons, el portavoz oficial del partido, y por tanto autorizado por el líder, ya reconoció que hay "mucha gente" en el PP que cree que Bárcenas debería dimitir.

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