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Muere por un derrame cerebral un bebé al que diagnosticaron un cólico

Jordi, un bebé de 50 días de Mollerussa (Pla d'Urgell), murió el pasado día 19 a causa de un derrame cerebral después de que los médicos atribuyeran durante cuatro días los vómitos y el malestar que sufría a un cólico. El calvario con final trágico empezó para sus padres, Jordi F. y Carme T., el domingo 14 de junio. Ese día por la tarde, su hijo empezó a llorar desconsoladamente y a devolver todo lo que ingería. Le llevaron al centro de atención primaria y el médico, tras una primera observación, les explicó que sufría un cólico y los envió de vuelta a casa.

A las siete de la mañana del día siguiente, el bebé no había mejorado y los padres volvieron a llevarle al médico, que esta vez les mandó al hospital Arnau de Vilanova de Lleida. "El pediatra del hospital dijo que tenía cólicos, nos pidió paciencia y nos volvió a enviar a casa. La enfermera llegó a decirnos que si el niño lloraba era porque nos veía a nosotros nerviosos", explicó ayer Jordi.Dos días después, el día 17, sobre la una de la madrugada, el bebé volvió a vomitar el biberón y seguía llorando, por lo que sus padres volvieron a llevarlo a urgencias del Arnau de Vilanova. Después de unos análisis, le pusieron un suero y quedó ingresado en un box del servicio. "Dijeron que a las nueve le harían otra prueba y que lo trasladarían a una habitación de pediatría para tenerlo en observación, pero tardaron un día en hacérsela, hasta las diez de la mañana", añade el padre, que denuncia que el trato recibido por parte del hospital fue "indigno y denigrante".

"Todos los biberones que le dábamos los vomitaba y nadie le daba importancia", se queja el padre. "Los pediatras dijeron que se tenía que tomar un suero por vía oral y me hicieron dárselo a mí con una jeringuilla. También nos dejaron un termómetro para que nosotros le tomáramos la temperatura por la noche. Mi hijo lloraba tanto que la enfermera tuvo que llamar al pediatra". Este facultativo les dijo que al día siguiente le harían otra analítica.

A las cuatro de la tarde del día 18, cuando ya habían pasado cuatro días desde los primeros síntomas y tres desde su primera visita al hospital, los médicos les ofrecieron por primera vez un diagnóstico distinto del cólico: meningitis vírica. Para comprobarlo, le efectuaron una punción lumbar y el bebé se tranquilizó aparentemente, pero al poco tiempo de llegar a la habitación empeoró y tuvo una parada cardiaca, por lo que tuvo que ser reanimado y entubado. Esa misma tarde, otro pediatra reunió a los padres para decirles que su hijo no tenía meningitis, sino un derrame cerebral y que era urgente evacuarlo en helicóptero al hospital Vall d'Hebron, donde el bebé falleció sobre las tres de la tarde del día 19.

"La imagen que recuerdo de mi hijo es que murió rabiando de dolor. Yo no busco el cariño de los médicos, pero sí un trato más humano, especialmente en este caso porque era un bebé y no podía hablar. Lo que pasamos en urgencias no se lo deseamos a nadie" afirma Jordi, todavía muy afectado.

Los padres del bebé fallecido, que donaron sus órganos para que salve otras vidas, denunciaron primero el caso al diario Segre y están ahora a la espera de los resultados de la autopsia. Por el momento, han presentado una queja ante el centro hospitalario y han enviado una carta a la consejera Marina Geli, con la que quieren reunirse para recibir más información sobre el caso. El Departamento de Salud declinó ayer ofrecer su versión y tiene previsto emitir hoy un informe del caso.

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