Una necrópolis vizcaína renace después de un milenio
Gerediaga reconstruye el cementerio de una ermita de Garai
Los cinco primeros pobladores de Garai de los que queda constancia escrita fueron Aostarri, Hoitarri, Munnio, Sempronio y Anterazoni. Vivieron en el siglo IX y tras su muerte sus nombres quedaron grabados en unas estelas funerarias cuyas reproducciones pueden ser visitadas desde ayer en el mismo entorno en que fueron descubiertas. El Ayuntamiento de la localidad vizcaína y el departamento foral de Cultura han invertido 18.000 euros para reconstruir la necrópolis altomedieval adyacente a la ermita de San Juan de Momoitio. Los trabajos, en los que han participado arqueólogos y artesanos, han sido coordinados por la asociación cultural Gerediaga.
"El acceso es libre y está abierto en cualquier momento. Es un espacio cultural y de ocio que permite conocer cómo era la comunidad que vivía aquí", señaló a EL PAÍS Jon Olazabal, responsable de Gerediaga.
En torno al templo se han colocado igualmente otra docena de lápidas originales. El objetivo era reproducir el aspecto que tuvo entonces del cementerio. Las cinco reproducciones han sido cinceladas por el cantero Bernat Vidal, presidente de la asociación de artesanos Arbaso, a partir de los dibujos que realizaron los arqueólogos de las lápidas originales. Los restos de éstas pueden visitarse dentro de la ermita, en la que también se han instalado dos vitrinas informativas que explican la vida en Momoitio entre los siglos IX y XII.
La excavación arqueológica en este entorno comenzó en 1981 y, según Olazábal, uno de los aspectos más interesantes que aportan los hallazgos es que muestran la convivencia entre aspectos autóctonos, "como nombres euskéricos", con otros latinos o cristianos.
