Ordóñez prefiere que las entidades más débiles desaparezcan con la crisis

Quizá el viernes se aclaren los términos, pero hasta entonces la confusión seguirá vigente. Las obligaciones que tengan las entidades financieras que se acojan a las ayudas del Fondo de Restructuración y Ordenación Bancaria (FROB) no están todavía claras.

La palabra clave es reestructuración. El diccionario de la Real Academia dice que es "modificar la estructura de una obra, empresa u organización". Pero no parece lo mismo para el Ministerio de Economía, los bancos, las cajas de ahorros y el Banco de España. Por eso ayer, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, lo aclaró ante los periodistas, endureciendo su posición: "Como poco, diría que es una fusión o absorción. Significa que no puede quedar el mismo número de instituciones. Salvar a todas, como han hecho otros países, no es bueno. Las entidades que queden deben ser sólidas. No hay que hacerlo de forma brutal, con cierres o liquidaciones, sino de manera más suave". Ordóñez considera que estas fusiones son lo único que justifica utilizar dinero público "para este sector y no para otro que también lo esté pasando mal".

El gobernador considera "ineludible" la reforma laboral

Zapatero replica a Trichet que no se abaratará el despido

Poco antes, en su comparecencia en la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados, habló de que habría entidades medianas y pequeñas que podrían estar afectadas por la crisis. "En abril se lo dijimos al Gobierno tras ver el caso de Caja Castilla La Mancha. No es bueno que haya entidades zombis para una pronta recuperación y que se vuelva a dar crédito".

En principio, Economía contempla ayudas públicas a las que presenten planes de viabilidad, que incluyen fusiones, pero quizá no sea una exigencia específica. La patronal de los bancos pide lo mismo que el supervisor, mientras que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) cree que se debe ayudar con financiación pública a las entidades cuando abandonen "territorios en donde no se es un jugador importante o la externalización de procesos en los que no posee ventaja competitiva (outsourcing)". En línea con este planteamiento se manifestó el propio subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, el viernes pasado. Este ejecutivo dijo que las entidades podían reestructurarse "con ajustes en su red comercial, en personal, tamaño y potencia", explicó.

Fernández Ordóñez afirmó que quería que se respetaran las competencias de las comunidades autónomas en materia de cajas. No obstante, aclaró que "una vez que entra la Ley de Disciplina del Banco de España, las autonomías no tienen competencias". El gobernador hizo estos comentarios tras escuchar numerosas críticas de los portavoces de los partidos nacionalistas, que exigieron que se mantengan las competencias autonómicas en materia de autorizaciones de fusiones de cajas. Cristóbal Montoro, portavoz de Economía del PP, en un tono más moderado que de costumbre, defendió que se arreglaran "las tuberías del sistema financiero". Sin embargo, "ante la ingente cantidad de dinero que se va a destinar", pidió que el Gobierno "paralice otras inversiones o de lo contrario el nivel de deuda pública será inasumible".

Por otra parte, Fernández Ordóñez reconoció que los resultados del sector financiero continuarán a la baja afectados por el aumento de la morosidad, "que no se ha agotado todavía", según puntualizó, aunque descartó que entrara en pérdidas de manera global.

El gobernador pidió que se aprobara "pronto" el FROB. Pocas horas después, Elena Salgado, vicepresidenta segunda y ministra de Economía, respondió a los periodistas que "hay posibilidad" de que este viernes el Consejo de Ministros apruebe el fondo bancario".

El otro gran tema que abordó el gobernador ante los diputados fue la situación económica y reclamó recortes en el gasto público, sobre todo el "improductivo", para corregir el déficit de las arcas públicas, al tiempo que pidió un esfuerzo a las comunidades autónomas para que ayuden a volver a la estabilidad presupuestaria. Fernández Ordóñez insistió en que es "ineludible" acometer una reforma laboral y actuar para evitar que el aumento del paro "se enquiste". También consideró "vital" introducir cambios en los sistemas de contratación y rechazó haber defendido "abaratar el despido. Me parece una forma absurda de afrontar la reforma laboral. De todas formas, ya se me ha colgado el sambenito y así seguirá", comentó resignado. Con estas palabras, Fernández Ordóñez se posicionó con Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, quien la víspera aseguró que los costes sociales que soportan las empresas españolas son "excesivamente onerosos". No obstante, Trichet llegó a pedir que se analicen las propuestas de abaratamiento del despido de la CEOE.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, discrepó del gobernador -como en ocasiones anteriores- y no consideró que sea ineludible acometer una reforma laboral. "Es su opinión, aunque no la comparto", dijo.

El tema de la reforma laboral llegó hasta Abuja (Nigeria), en donde está el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. A preguntas de los periodistas, insistió en que el Ejecutivo no aceptará el abaratamiento del despido y replicó a Trichet que no es lo mismo opinar como presidente del banco central que gobernar para la ciudadanía, informa Miguel González.

"No está ni en el plan del Gobierno ni en el programa de investidura abaratar el despido ni hacer reformas que restrinjan los derechos laborales", aseguró con contundencia Zapatero.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, advirtió de que reformar la contratación, abaratar el despido y reducir salarios, recetas suscritas por Trichet, no hará que España salga de la crisis. "Ése no es el camino, en absoluto. Ése es el camino de la debacle", avisó el dirigente sindical en Onda Cero.