Irlanda convocará el referéndum en octubre tras recibir garantías de la UE
El nombramiento de Barroso, pendiente de las negociaciones con la Eurocámara
El proceso institucional de la Unión Europea vuelve a estar encarrilado. Irlanda, el único país pendiente de ratificación del Tratado de Lisboa, vio ayer satisfechas sus demandas para convocar un nuevo referéndum sobre el texto que rechazó hace un año. Dublín consiguió que las garantías (sobre neutralidad militar, derecho a la vida, autonomía fiscal y derechos sociales) fueran establecidas con el rango de protocolo.
Sólo la pericia del jurisconsulto de la Unión Jean-Claude Piris salvó a la UE de otro atasco institucional al encontrar una solución jurídica compleja pero satisfactoria para todos. El Gobierno irlandés de Brian Cowen, logró que las garantías que exigía para convocar un nuevo referéndum se establecieran con rango de protocolo, y se incorporarán al ordenamiento comunitario con ocasión del próximo tratado de adhesión de un nuevo miembro, que podría ser Croacia o Islandia.
El texto aprobado para Dublín es compatible con el Tratado de Lisboa
Pero el acuerdo blindado alcanzado ayer por los Veintisiete cierra también la puerta a la apertura de la caja de Pandora con nuevas ratificaciones parlamentarias, como había amenazado el presidente de la República Checa, Václav Klaus. El texto aprobado ayer establece expresamente que el contenido del protocolo "es completamente compatible con el Tratado de Lisboa y no necesitará una re-ratificación de este tratado". Y precisa que "el protocolo no alterará de ninguna manera las relaciones entre la UE y los Estados miembros". "El protocolo", añade, "clarificará, pero no modificará, el contenido o la aplicación del Tratado de Lisboa".
El Tratado de Lisboa recoge la esencia de la Constitución europea tras su rechazo por Francia y Holanda en 2005. El nuevo tratado que agiliza y democratiza el funcionamiento de la UE, sólo está pendiente de ratificación por parte de Irlanda, de la firma de los presidentes checo y polaco y de la resolución del Tribunal Constitucional alemán.
Tras el acuerdo, Cowen manifestó satisfecho: "Hemos conseguido las garantías legales que buscábamos que serán incorporadas como protocolo en el próximo tratado que haya ocasión". El primer ministro anunció la convocatoria del referéndum "para primeros de octubre" y, vistas las garantías obtenidas, aseguró que "no contemplaba una derrota".
El tratado, que podría entrar en vigor el próximo 1 de enero, coincidiendo con la presidencia española, creará el puesto de presidente de la UE para un periodo estable de dos años y medio y reforzará las funciones del alto representante, que ahora desempeña Javier Solana.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, se mostró también muy optimista por el acuerdo alcanzado con los irlandeses. Barroso recibió el apoyo "unánime" del Consejo para que la actual presidencia checa y la futura sueca negocien con el Parlamento su nombramiento para un segundo mandato. La designación oficial por parte del Consejo no se formulará hasta tener garantías de que hay mayoría segura en la Eurocámara, circunstancia que se podría conocer el próximo 9 de julio.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, mostró su satisfacción por las conclusiones de la cumbre y calificó de "muy buena noticia" que se haya aceptado la incorporación al Parlamento Europeo de los 18 nuevos eurodiputados previstos en el Tratado de Lisboa en cuanto éste entre en vigor. Moratinos reconoció que inicialmente sólo podrán ser observadores y que para que adquieran la plena condición de diputados habrá que aprobar un nuevo protocolo cuya tramitación corresponderá a la presidencia sueca de la UE o, más probablemente, a la española. España es el país que gana más escaños (cuatro) en la Eurocámara. Su reparto (dos para el PSOE, uno para el PP y otro para Coalición por Europa) se hará en aplicación de los resultados de las elecciones del pasado día 7.
Moratinos aseguró que al Gobierno español le gustaría que "se acelerara al máximo" la reelección de Barroso como presidente de la Comisión Europea, pero no quiso pronunciarse sobre cuál será la actitud de los eurodiputados del PSOE si los socialistas europeos deciden votar contra su investidura. "La posición formal del Partido Socialista Europeo no está fijada, aunque ha habido declaraciones de algunos de sus miembros", dijo, en alusión al rechazo a Barroso expresado por el portavoz del PSE, el alemán Martin Schulz. "Dejemos que cada paso se tome en su momento", indicó.
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