La UE se alinea con quienes protestan en las calles de Teherán
Los Veintisiete evitan hablar de fraude en la reelección del presidente
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se alinearon ayer con quienes protestan en Irán por el presunto fraude electoral al subrayar que "el resultado de las elecciones debe reflejar las aspiraciones y opciones del pueblo de Irán". También instaron a las autoridades de Teherán a investigar cómo se ha desarrollado todo el proceso. Pero no llegaron hasta el extremo de cuestionar el triunfo de Mahmud Ahmadineyad. "No queremos dar la impresión de que el extranjero, con todo lo que eso conlleva, se inmiscuye en las elecciones internas de Irán", explicó el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Diversas sensibilidades europeas quedaron ayer de manifiesto ante la crisis iraní. "El mundo entero tiene sus ojos puestos en Irán" y "el mundo entero opina", señaló el primer ministro británico, Gordon Brown. Y no se dejó amedrentar por las advertencias del líder supremo, Alí Jamenei: "Lo seguiremos haciendo".
El paso de los días ha recrudecido los términos de la crisis iraní. El lunes fue un simple tomar nota por parte de los ministros de Exteriores comunitarios del recuento anunciado y de las dudas manifestados por varios candidatos. Pero ayer los líderes de los Veintisiete expresaron su voluntad conjunta de que "el resultado de las elecciones debe reflejar las aspiraciones y opciones del pueblo de Irán".
Justo lo que reclaman quienes no votaron la semana pasada por Ahmadineyad. Los máximos responsables de la Unión mantienen que "las autoridades iraníes deberían investigar las cuestiones sobre el desarrollo de las elecciones", pero no van más allá.
La pauta de Obama
Barack Obama, con su cautela, marca la pauta, como reconoció expresamente el responsable de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn: "No queremos inmiscuirnos en Irán para evitar que eso se vuelva contra los manifestantes". Y reveló que "existe el temor de que este clima pueda acabar en una guerra civil".
Así que la Unión Europea, que quiere ser firme sin ser abrasiva, sigue "con grave preocupación la respuesta a las protestas en todo Irán" y "condena con firmeza el uso de la violencia contra manifestantes que ha supuesto la pérdida de vidas", según los jefes de Estado y de Gobierno, que rebajan un punto la referencia inicial a "la muerte de varias personas".
Además del temor a poner contra las cuerdas a la oposición interna al régimen, la Unión quiere proteger con tacto su propio papel en las negociaciones sobre los planes nucleares iraníes, en las que Javier Solana preside las gestiones de la comunidad internacional.
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