Los Mossos invitan a los chinos explotados a dormir en el taller
Las víctimas quieren volver a trabajar y deambulan por las calles de Mataró
Lo que nació como una operación policial contra la mafia china se ha transformado, tres días después, en un conflicto social y económico. Los Mossos d'Esquadra precintaron 72 talleres de confección y liberaron a 450 trabajadores chinos de unas condiciones de trabajo asfixiantes. Algunos dormían allí, hacinados en colchones junto a las máquinas de coser. De modo que, al abandonar los locales, quedaron sin cobijo. Ahora, la policía autonómica les ha invitado a volver a los talleres para dormir, ya que estos espacios no se han cerrado. Una idea que comparte el Ayuntamiento de Mataró (Barcelona).
Los operarios (algunos, sin papeles) ven las cosas de modo distinto a la policía. No se sienten víctimas de explotación laboral. Creen, más bien, que se les ha hecho una jugarreta: ahora se ven sin sueldo, sin nada que hacer y deambulando ociosos por las calles de Mataró, escenario de la redada.
Una tercera parte de los locales registrados posee licencia municipal
El conflicto va más allá de la ocupación del espacio público. Alrededor de 60 chinos solían dormir en los talleres y han pasado dos noches al raso: unos en la playa, otros en parques. El jueves, al fin, fueron alojados en un albergue tras plantarse ante la comisaría de policía local. Pero ayer lo abandonaron y están pendientes de una salida a medio plazo.
En un comunicado, los mossos recordaron que los trabajadores "siguen disponiendo de los habitáculos" donde dormían. El alcalde de Mataró, Joan Antoni Baron, fue más explícito e instó a los chinos a regresar al lugar del que, supuestamente, fueron liberados: "Hacemos un llamamiento para que los que tengan casa, vuelvan a casa. Los que vivían en el taller, al taller. Los que queden en la calle, tendrán la ayuda", dijo Bayón, preocupado porque hay "un número indefinido de gente" que pasea por Mataró sin ton ni son.
La mayoría de operarios no han vuelto a los talleres por ahora. Temen que la policía llame de nuevo a su puerta. E insisten en que no les controla ninguna red mafiosa. Lo cierto es que la mayoría de los 450 están en casas de familiares y conocidos. El trabajo ocupaba la mayor parte de su tiempo (12 horas al día) y ahora "pasean como si fuera domingo", dijo el presidente de la Unión de Asociaciones Chinas de Cataluña, Lam Chuen Ping.
El alcalde de Mataró criticó que el Departamento de Interior no le alertara de la redada "para activar los recursos sociales" y lamentó "que nadie haya previsto las consecuencias económicas y sociales de una operación de este calado". Los chinos abandonaron ayer el albergue Torre Ametller, en Cabrera de Mar.
Hay un factor añadido: al cerrar, los talleres no han podido entregar los pedidos de ropa. Fuentes del consulado de China recordaron, en ese sentido, que hay que "normalizar la actividad económica". Más si se asume un dato que ayer aportó el alcalde: resulta que los talleres no son ilegales. Al menos, no todos. El Ayuntamiento realizó inspecciones en 2003. Y una tercera parte del total (o sea, 24) poseen licencia municipal de actividad. Otros cuatro están en trámites para conseguirla.
Los 77 jefes de talleres detenidos en la operación policial han quedado en libertad con cargos, acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores.
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