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Un empresario ofreció cobertura en Brasil a ETA para eludir la extorsión

El industrial navarro tenía problemas para pagar los 120.000 euros que le exigían

El despacho de Ignacio Goyoaga -detenido por su implicación en el intento de fuga de etarras de la cárcel de Huelva- era algo más que un bufete para la defensa de presos etarras. Era, además, una especie de buzón para las comunicaciones de ETA y un lugar al que los empresarios extorsionados con el llamado impuesto revolucionario acudían a negociar. La Guardia Civil ha localizado varias notas de un empresario navarro que, agobiado por no poder pagar los 120.000 euros que se le exigían, planteaba la posibilidad de dar cobertura a etarras huidos en Brasil, donde supuestamente el extorsionado dispone de empresas y vivienda, según fuentes de la investigación.

El empresario figura en documentos de Goyoaga identificado con la clave A05NO7664B120H. Las cartas localizadas en el bufete son contestaciones del extorsionado a ETA, una datada el 18 de abril de 2008 y otra en noviembre de ese año. El industrial comunica "su intención de llevar a cabo el pago, pero les hace sabedores de una serie de dificultades para materializarlo". La mera existencia de estas notas ha llevado al juez Fernando Grande-Marlaska y a la Guardia Civil a concluir que Goyoaga era "una vía de comunicación", "un enlace o correo" para hacer llegar mensajes a ETA.

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Durante el registro del despacho, la Guardia Civil encontró una nota manuscrita sobre la posibilidad de que ETA pudiera hacerse con infraestructura en Brasil. Inicialmente, se consideró que esa nota era la aportación que un etarra quería hacer a la dirección de la banda. Sin embargo, investigaciones posteriores y declaraciones judiciales del propio abogado apuntan a que fue el empresario el que, agobiado por la imposibilidad de hacer el pago, ofreció la posibilidad de prestar cobertura e incluso trabajo en Brasil a etarras huidos, donde supuestamente tiene propiedades, según fuentes de la investigación. Es la primera vez que se tiene constancia de que un empresario haya ofrecido a ETA un trato semejante para eludir la extorsión.

El registro del despacho de Goyoaga ha dejado al descubierto también una "nota manuscrita" sobre el seguimiento a un potencial objetivo de la banda, donde se detallan los hábitos de una persona, "sobre todo los fines de semana y vacaciones, describiendo la localidad a la que acude...". Al juez no le cabe duda de que se trata de "cómo actuar en caso de perpetrarse un hipotético atentado" contra esa persona. Ni la identidad de ésta ni la del empresario extorsionado han sido conocidas de momento. Por cierto: Goyoaga tenía en su ordenador una foto de Grande-Marlaska, sin más precisiones.

La investigación ha seguido arrojando datos sobre el intento de fuga. Por lo pronto, el comando elegido para el plan se llamaba Askatasun Haizea [viento de libertad], al que una estructura etarra llamada BITA (Bahituen Ihesldi Taldea, grupo de fuga de los secuestrados, que es como ETA considera a sus presos) le había encargado sacar de Huelva a Jorge García Sertucha, al menos.

El proyecto pasaba por secuestrar un helicóptero, muy probablemente de los desplegados en territorio andaluz en el plan de lucha contra incendios (Infoca), según los investigadores. De hecho, el Servicio de Información de la Guardia Civil ha encargado a sus compañeros de Andalucía "la confección de un informe técnico sobre la viabilidad del plan de fuga" de ETA.

Y también se ha sabido que Sertucha estaba desesperado por escaparse, hasta el punto de que envió una carta a la dirección etarra pidiendo explicaciones sobre por qué se demoraba una y otra vez la fuga. Hasta media docena de veces inquiere sobre cuándo lo van a sacar. El enlace entre Sertucha, a través de su novia -que lo visitaba en prisión-, con la dirección etarra era Goyoaga, según la Guardia Civil, que sostiene en sus informes que el plan de fuga y sus medios "estaban vigentes".

Ignacio Goyoaga, detenido por su presunta implicación en el intento de fuga de presos etarras en Huelva.
Ignacio Goyoaga, detenido por su presunta implicación en el intento de fuga de presos etarras en Huelva.REUTERS

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